To the moon and back, remember?
Choi Yeonjun, un adolescente que lleva una vida rutinaria desde ya hace tiempo. Todo en el era normal y sentía que no destacaba en nada, sus mismos maestros se lo decían. Eso era lo que él creía, hasta que comenzará a...
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— Me encantaría ver una película de de terror — respondió Soobin viendo el amplio repertorio qué tenían a su disposición.
Yeonjun solo asintió, para ir hacia el comer y comenzar a colocar lo que había comprado. Soobin fue a ayudarlo, llevándo los refrescos.
— ¿Ya pusiste la película? — preguntó con dificultad mientras tomaba asiento, agarrando una de las cobijas qué el rubio había dejado.
— Ya — tomó asiento al lado del pelinegro quien ya estaba tapado desde la cabeza hasta los pies, mirando el televisor.
Presiono un botón más y la película por fin inicio. La lluvia no había parado y al parecer ni lo haría por un muy buen tiempo, desafortunadamente algunos trucos comenzaron a escucharse.
Las luces estaban apagadas y por eso mismo la luz de los truenos iluminaban el lugar donde ambos jóvenes estaban.
Soobin, se había recargado en el sillón, comiendo las palomitas qué habían comprado. Solía ver películas de terror cuando estaba aburrido, así que estaba acostumbrado, no le daban miedo alguno.
Desafortunadamente no era lo mismo para él lado de Yeonjun, quien debido a eso se había tapado con la cobija, era su forma para protegerse de lo que podría pasar.
Desde joven, nunca había sido fan de las películas de terror, miedo o suspenso, era su género menos favorito. Sumando que era una persona demasiado miedosa hablando de aquellos temas. La primera vez que vio una fue junto a sus padres, terminó llorando y sin poder dormir por dos días seguidos.
Por eso mismo también había optado por rentar películas de comedia o romance. También prefería llorar más veces por una película triste qué por miedo.
No había probado nada de lo que había en la mesa apenas si lograba ver la televisión, no podía tapar sus oídos porque la cobija podría resbalarse de su cabeza y los truenos no ayudaban en nada, cada vez eran más intensos.
— ¿No quieres probar los dulces o tomar algo? — escuchó la voz de Soobin.
— Estoy bien — fue lo único que le dijo — , come lo que quieras.
Soobin frunció el ceño y dejó uno de los platos qué tenía en la mesa para poder ver a su menor, algo que no lograba hacer por culpa de la cobija.
Empezó a mirar a Yeonjun, la cobija qué cubría su cuerpo estaba siendo ligeramente movida una y otra vez, tal y como si por dentro el pelinegro estuviese temblando. Sabía que de frío no era, así que solo había una opción, miró hacia él televisor.
— ¿Te esta gustando la película?
— Claro que si — era tan mentiroso — , quiero verla hasta el final.
En realidad no quería verla por más tiempo, sabía que no iba a dormir y le aterra la idea de salir del apartamento. Odiaba las películas de terror.
— Claro que no — contradijo — , no te está gustando — le puso pausa a la película.
