To the moon and back, remember?
Choi Yeonjun, un adolescente que lleva una vida rutinaria desde ya hace tiempo. Todo en el era normal y sentía que no destacaba en nada, sus mismos maestros se lo decían. Eso era lo que él creía, hasta que comenzará a...
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— ¿Qué-qué haces?
Después de varios minutos Yeonjun logró reaccionar, sonrojándose de inmediato cuando vio los labios de aquella persona aún sobre su anillo y dedo, viendo también la fina y delicada mano que tenía sujetada la suya, tal y como si no quisiera soltarla.
— Ponte de pie...no-no tienes que hacer esto — intentaba alejar su mano, pero aquel chico no lo dejaba, haciendo el agarre solo un poco más firme y resistente.
Quien se encontraba hincado en el suelo, elevó su mirada para poder ver a aquel chico de cabellera pelinegra que lograba resplandecer gracias a la luz que la luna les brindaba a ambos. Yeonjun sintió que el corazón se le iba cuando su mirada se conectó con la suya.
— Lo lamento, no quería molestarte o hacerte incomodar con lo que hice — se disculpó poniéndose de pie, comenzando a soltar lentamente la mano del pelinegro.
Yeonjun casi iba a soltar un pequeño quejido cuando dejó de sentir la calidez de la mano del chico sobre la suya, pero tuvo que abstenerse de hacer aquel ruido o tan siquiera quejarse.
— ¡No me molesto! ¡De-de verdad! — se apresuró en decirle para que las cosas no se interpretarán a mal — . Es solo que...solo me tomó por sorpresa, solo eso...
Comenzó a formar unos pequeños pucheros, no quería que aquella persona se enojará o molestará. Incluso por pensar en aquello no se dio cuenta que sus pucheros con forma de patito comenzaban a hacerse mucho más notorios.
— Eres muy tierno, demasiado tierno diría yo — aquel otro chico dijo mirando atentamente los pucheros que el de cabello negro hacia. Era algo sumamente encantador de ver.
— ¿Qué? — elevo su mirada por la sorpresa de las palabras dichas de aquella persona.
— Tus pucheros — señalo los labios del mas bajo — , cuando los haces parece qué forman labios de un patito — sin darse cuenta volvió a acercarse más al pelinegro.
— ¿Un patito? — frunció su labio.
— Si y uno muy lindo y adorable de ver — sin poder lograr apartar la mirada de los labios del chico comenzó a elevar su mano hasta llegar a la barbilla del más bajo.
Yeonjun sintió qué el aire le faltaba por unos escasos segundos, nuevamente aquella mano tomada su rostro se sentía ajeno, conocido, familiar y al parecer lo extrañaba. Extrañaba sentir aquella calidez qué comenzaba a hacerle sentir cada vez más seguro y como si estuviese en hogar.
— Aunque tus ojos de zorro también son muy encantadores — la mano que estaba en su barbilla pasó a estar delineando la máscara que cubría el rostro del chico — , me gustaría saber cómo se vería tu rostro sin aquella máscara qué te cubre...
Entre el espacio de la máscara y el cabello de Yeonjun comenzó a repartir caricias lentas, suaves y delicadas, casi como si no quisiera tocar por completo a Yeonjun o intentará mantener la calma de los impulsos qué comenzaba a sentir en aquellos momentos.
