-¡HAN JISUNG!- gritó abriendo la puerta un preocupado y un poco enojado, seo changbin.
no pudo emitir ni un sonido, realmente era real lo que estaba viendo, era su lindo jisunggie con flores en la mano arrodillado frente a él. dios mio.
-¡SEO CHANGBIN! ¿me permites ser el pan de tu mantequilla, el azúcar de tu café, la almohada de tu cabecita, los labios que puedes besar eternamente, tu gym bro, la persona que te dé de comer en la boca, quien te corte los pedazos grandes de carne, quién te cocine una barbacoa deliciosa, quién esté ahí siempre? ¿binnie, puedo ser tu novio y futuro esposo?- abrió los ojos y se paró para poder darle sus flores a su amado, pero se quedó quieto cuando se dió cuenta que le estaba sacando fotos.
en el silencio y con la cara tierna que puso changbin, no pudo evitar reir a carcajadas, se sentia muy cursi y en un kdrama, pero estaba muy feliz al escuchar como su amado también reía y lo abrazaba fuertemente agarrando las flores. correspondió al abrazo, quedando fundidos de amor.
-claro que si quiero han jisunggie, eres la persona que siempre está en mi corazón y quiero que sea mi único esposo, tú también aceptarías ser mi novio-esposo?- dijo con una sonrisa plasmada de oreja a oreja.
-acepto en esta vida y en las mil otras que nos esperan, han changbin! suena lindo mi apellido con tu nombre, no?- preguntó inocentemente.
-suena hermoso, querido.- respondió.
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seo se levantó luego de una gran y deliciosa cena hecha por su hermoso novio, se estiró y se acercó al chico -todo lo que hiciste sunggie, estuvo delicioso! permíteme lavar los cubiertos, es mi forma de agradecer mi amor- empezando por recoger los cubiertos del menor.
-oh no querido! lo haremos juntos, si? quiero abrazarte por la cintura- levantándose dispuesto a lograr su objetivo.
-pero dejame lavarlos yo, de acuerdo?- accedió el menor yéndose detrás de changbin.
seo se colocó el delantal rosita que tenía, siendo atado por su novio, se colocó en frente del fregadero para lavar los cubiertos mientras por detrás su ardillita lo abrazaba, observando cada movimiento que hacia el mayor, dándole uno que otro beso en el cachete y cuello.
-sunggie, donde están los demás? no aparecieron en ni un momento ahora que me doy cuenta-
-oh cierto! les di a cada uno dinero para que fueran y me dejarán contigo a solas, tal vez vuelvan en la madrugada no lo sé...- y siguió con los besos suaves.
-... realmente te agradezco por todo jisunggie, siempre gastas tu dinero y tiempo en mí, te mereces un mundo entero y más mi amor-
-no es nada binnie, sabes que mi billetera no llora cuando se trata de tí, además tienes más dinero que yo, esto no debe ser nada para tí lindo, no te preocupes- se despegó de su mayor observando como se quitaba el delantal para luego obervar como volteaba a mirarlo con una sonrisa.
-han jisung!- el nombrado se asustó con el repentino cambio de tono en su voz -dejame recompensarte por todo esto, quiero demostrarte mi amor dándote placer- ni lo dejo responder, lo tomó de la mano arrastrándolo hasta la habitación del mayor, apagando todas las luces de camino, había un silencio sepulcral en la casa de los kids y eso le encantaba.
entrando a la habitación encendió el aire acondicionado y ni se tomó la molestia de prender las luces, obligó a su jisung que se sentara en la cama mientras el prendía la luz de mesita y se desvestía, quedando solamente con una linda braguita blanca con un moñito del mismo color.
se acercó a su hombre para desvestirlo poco a poco, le quitaba la chaqueta, la remera, las medias y tocaba suavemente sus brazos, estaban trabajados ya que últimamente jisung asistía mucho al gym con su hyung y rendía ya sus frutos..
mini-jisung ya estaba reaccionando con solo ver el torso descubierto de su hyung...
