Kim Mi-so acepta presentarse a una cita a ciegas en lugar de una amiga para asustar al pretendiente. Pero los planes se desmoronan cuando descubre que él es su ex novio y todos los sentimientos que creía haber superado resurgen de golpe.
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"KIM MI-SO" ———————
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SIENTO QUE MI CUERPO FLAQUEA y que voy a desmayarme en cualquier momento.
¿Por qué él, de entre todos los hombres del mundo?
—¿Es usted la señorita Jin? —insiste, y me veo forzada a reaccionar.
Me libero de su agarre de manera abrupta, como si su contacto fuera tóxico. Mi pulso retumba en mis oídos, y el tiempo parece congelarse. Kang Tae-moo me examina con curiosidad, y estoy segura de que mi expresión deja mucho que desear.
—Sí. —consigo articular, aunque mi voz suena ligeramente más baja de lo normal.
La incomodidad se instala entre ambos mientras nuestras miradas se cruzan. Las palabras no encuentran salida fuera de mi boca, y mi mente busca desesperadamente una salida.
¿Debería salir corriendo o qué demonios hago?
¿Y si me reconoce?... No, luzco muy diferente a la Kim Mi-so que él conoce, es prácticamente imposible.
—¿Se encuentra bien? Parece asustada.
Estoy asustada.
—Estoy bien.
Kang Tae-moo alza las cejas y se desplaza hacia el asiento frente a mí, acomodándose con mucha confianza.
—Siéntese, por favor. —me hace un gesto con la mano mientras espera mi respuesta.
—Primero iré al tocador. —sin disculparme, salgo corriendo y me tuerzo un tobillo en el camino con estos estúpidos tacones.
Ya en el baño, busco frenéticamente mi teléfono para llamar a Young-seo. Esa tonta debió averiguar quién era su cita a ciegas antes de mandarme a este infierno.
—¡Young-seo, por favor, responde! —deambulo de un lado a otro, escuchando el molesto timbre de la llamada— ¡Contesta!
El universo parece conspirar en mi contra. ¿Por qué ese hombre me tiene que aparecer en todas partes? Ya no me sorprendería encontrarlo en mi casa o en el trabajo.
