"KANG TAE-MOO"
———————DESPUÉS DE DEJAR A MI ABUELO EN LA HABITACIÓN DEL HOSPITAL, me encuentro con Sung-hoon y juntos nos dirigimos hacia el automóvil para regresar a casa. Una vez dentro del auto, trato de disimular mi interés, pero no puedo evitar sentir curiosidad por lo que sucedió durante la ceremonia. El señor Cha se veía claramente nervioso cuando le pregunté al respecto.
Lo observo disimuladamente a través del espejo retrovisor, mientras continúa conduciendo.
—Entonces, ¿qué sucedió en la ceremonia? —pregunto, fingiendo estar ocupado con mi tableta, aunque en realidad solo hago garabatos.
El señor Cha carraspea antes de responder, y una ligera sonrisa se forma en mis labios al confirmar que está ocultando algo.
—Bueno, no fue nada importante, señor. Su abuelo estaba molesto, pero eso ya lo sabe —responde evasivamente.
Asiento con la cabeza, sabiendo que hay algo más. No puedo simplemente dejarlo así, necesito saber. Sin embargo, noto que Sung-hoon está claramente incómodo, por lo que decido cambiar de táctica y mostrarle empatía. A veces, ese enfoque es más efectivo.
Eres bastante astuto, Kang Tae-moo.
—Señor Cha, sé que algo más ocurrió, así que por favor, dígamelo o me veré obligado a despedirlo.
Bien, reconozco que la empatía no es mi punto fuerte, pero a veces se necesita un enfoque más brusco para obtener información... ¿verdad?
—¡¿Qué?! —exclama de repente, frenando bruscamente el auto y casi golpeándome con el asiento delantero. Sorprendido y sumamente avergonzado, trato de reacomodarme en mi asiento lo mejor que puedo.
—¡¿Qué le sucede?! —exclamo indignado, mirándolo con los ojos bien abiertos.
—¡Acaba de decir que va a despedirme!
Al ver su reacción, me doy cuenta de que mi comentario fue demasiado. No era mi intención asustarlo, pero mi falta de habilidades sociales a veces juegan en mi contra.
—Por favor, continúe conduciendo... —reacomodo mi cabello y luego me aseguro de que el cinturón de seguridad esté bien ajustado. No me gustaría salir disparado del auto.
—¿No va a despedirme?
—¿Cree que mi abuelo lo permitiría? —respondo, escuchando un pequeño suspiro de su parte.
Pero no dejaré que se salga con la suya tan fácilmente.
—Sin poner en peligro mi vida, ¿ahora puede decirme qué sucedió?
El señor Cha suspira nuevamente, como si estuviera debatiéndose internamente sobre si compartir la información o no.
—¿Está seguro de que quiere saberlo? —pregunta, mientras nuestros ojos se encuentran a través del espejo retrovisor.
Asiento, a pesar de que está comenzando a asustarme.
—Usted sabe lo mucho que odio que me oculten las cosas —Sung-hoon asiente, tomando una pausa y prolongándola deliberadamente. La curiosidad se apodera de mí mientras espero.
Finalmente, habla, y sus palabras caen como un martillo sobre mi alma.
—La señorita Kim Mi-so estaba ahí.
Mi mano, que hasta hace un momento estaba ocupada garabateando en la tableta, se queda paralizada al escuchar su confesión.
—¿Qué? —mi voz se quiebra ligeramente, tratando de ocultar mi confusión. No puedo evitar preguntarme si he escuchado mal o si existe alguna otra persona con ese mismo nombre.
Deseo desesperadamente que ambas opciones sean ciertas.
Sung-hoon me confirma que es ella al preguntarme si recuerdo que estudiaba relaciones públicas. Su mirada confirma que definitivamente se refiere a la Kim Mi-so que conozco, y no a alguien más con el mismo nombre.
—Por supuesto que lo recuerdo —respondo con una brusquedad que escapa de mis labios de forma involuntaria.
El señor Cha carraspea, notando mi reacción.
—Me encargué de averiguarlo y, al parecer, ella fue designada como la organizadora principal de su ceremonia... ¿No le parece extraño? ¿Por qué aceptaría ese encargo, sabiendo que la ceremonia era para usted?
El arrepentimiento se apodera de mí por no haber asistido, pero rápidamente me recuerdo que, en primer lugar, yo no pedí esa ridícula ceremonia.
—¿Se molestó? —pregunto.
—Así parece. Después de leer su discurso, se fue de allí apresuradamente. Me sorprende que no lo haya buscado solo para asesinarlo.
Asiento en silencio, recordando lo vengativa que podía ser.
—Debió poner mucho esfuerzo —murmuro.
Ella siempre fue incansablemente entregada.
—Sí, se veía todo muy bien organizado, señor.
Su afirmación despierta en mí un extraño sentimiento de satisfacción. Una parte de mí se regocija por el hecho de que todo su esfuerzo haya sido en vano, que no haya podido presenciar el resultado de su dedicación. Es como si finalmente hubiera obtenido una pequeña victoria después de todo lo que ella me hizo pasar.
Pero, a pesar de esa satisfacción momentánea, no sé por qué no se siente del todo bien.
—Me alegro de no haber asistido —digo con indiferencia, desviando la mirada hacia mi tableta, intentando ignorar esas emociones conflictivas—. Vamos a casa, necesito descansar.
El señor Cha asiente, y el trayecto de regreso a casa se vuelve silencioso. Pronto olvidare todo esto.
Finalmente, llegamos a casa y bajamos del auto. Sung-hoon permanece a mi lado, como si quisiera decir algo más. Me volteo hacia él esperando sus palabras, mientras tanto, meto mis manos en los bolsillos de mi pantalón.
—Señor Kang, si hay... algo que pueda hacer para ayudarlo o si necesita hablar, estoy aquí para usted.
¿Cuántas veces le he pedido que deje de ser tan cursi?
Aunque, en este momento, sus palabras parecen resonar en algún lugar dentro de mí.
—Descanse, señor Cha. Nos vemos mañana —es lo único que puedo decir.
Le dedico una pequeña sonrisa y le doy un leve golpecito en el hombro, antes de dirigirme hacia la puerta.
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𝐘𝐎𝐔 𝐀𝐆𝐀𝐈𝐍, kang tae-moo
FanficKim Mi-so acepta presentarse a una cita a ciegas en lugar de una amiga para asustar al pretendiente. Pero los planes se desmoronan cuando descubre que él es su ex novio y todos los sentimientos que creía haber superado resurgen de golpe.