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Me encontraba durmiendo placidamente al lado de mi pareja, Enzo. Fui abriendo los ojos lentamente viendo entrar la luz del sol por la ventana de nuestra habitación, agarré mi celular y me fije la hora, 10:39am, hoy era sábado así que aprovechabamos para dormir un poco más de lo habitual. Me quedé viendo mis redes y contestando algunos mensajes de mi familia y amigas, empecé a sentir como Enzo se movia a mi lado dandose vuelta para que quedaramos frente a frente
-Buenos días, hermosa- habló con la voz ronca y los ojos hinchados, tenía el pelo un poco alborotado por el rostro y me miraba con una sonrisa
-Buenos días, mi amor- Le devolví la sonrisa y me acerque para depositar un pequeño beso en sus labios
Ya eran las 11am así que me levante para ir a tomar una ducha ya que al mediodía iríamos a la casa de mis papás. Me levante y empecé a caminar para el baño y escuche la voz de Enzo
-Que lindo orto mi amorrr- Me acordé que solo tenía una musculosa y una tanga de encaje. Me rei ante su comentario y entré al baño cerrando la puerta
Abrí la canilla del agua caliente, me saqué la poca ropa que tenía y me metí a la ducha. ¨Cabaña¨ del Jordan 23 sonaba en todo el baño desde mi celular, estaba tan metida en mis pensamientos enjabonando mi cuerpo que no me di cuenta de la presencia de Enzo. Este me tomó de las caderas acercandome más a él y yo pegué un pequeño salto debido al susto que me dio.
-Qué haces pelotudo? Me asustaste- terminé de hablar y él se rio mientras su agarre ahora subía a mi cintura
-Estas tardando mucho, tendríamos que ahorrar agua, no?- Me regalo una de esas sonrisas que tanto me gustan y sin pensarlo lo agarre del cuello para acercarlo a mi y empezar a besarlo
Enzo me siguio el beso y bajo sus manos a mi culo para poder alzarme, sentí su pija rozando mi zona y soltamos un leve jadeo los dos. Me apoyó contra la fría pared haciendome retorcer, sonrió en medio del beso y empezo a simular estocadas pero sin meter su pija.
A este punto, yo ya estaba desesperada
-Dale amor- Le pedí, no podía aguantar más
Sin decir una sola palabra entró completamente en mi abriendome por completo y haciendome gritar como loca. No fue nada suave, sus embestidas eran fuertes y muy rápidas, no podía parar de gemir, Enzo bajó sus labios a mis tetas chupando uno de mis pezones y mordiendolos dejando una marca rosácea
Sentí como se empezó a cansar de la posición en la que estabamos así que me bajo y me puso de espaldas a él, me agarró de la nuca e hizo que mi cabeza quedará contra la pared y tiró hacia atrás de mis caderas, me levantó una pierna sosteniendola con su mano y me penetró sin más, sus movimientos ahora eran más calmados pero iguamente me hacían ver las estrellas. Enzo soltó mi pierna y me pegó en el orto una y otra vez dejandome con un gran ardor en la zona, me di vuelta para verlo y la imagen que tenia de él me hizo mojarme mucho más, estaba con la cabeza para atrás, mordiendose el labio inferior con sus ojos cerrados y con una respiración entrecortada
Que hombre
Empecé a temblar y apretar a Enzo, él aumento la velocidad y brusquedad de sus movimientos haciendome acabar gritando y gimiendo como loca, Enzo no había acabado así que me di vuelta para verlo, lo besé y empecé a masturbarlo sintiendo como temblaba ante la estimulación. Me arrodille frente a él y me regalo una sonrisa tentadora, comencé a depositar besitos por toda su pija llegando a su puntita donde empecé a hacerle circulos con la lengua, sabía que eso lo volvía loco, levanté la mirada y vi como su abdomen se marcaba al igual que sus grandes brazos, me miraba con deseo así para dejar de hacerla tan larga metí su pija a mi boca, Enzo me agarró fuertemente del pelo haciendome una colita improvisada y guiaba mis movimientos, hacía que entrara toda su verga provocandome arcadas y lagrimas en mis ojos, se me dificultaba respirar pero no me importaba, mi novio jadeaba y gemía sin parar, empezó a temblar y sentí toda su leche en mi boca, Enzo sacó su pija y me agarró de los cachetes fuertemente levantandome
-Abrí la boca-
Así como me lo pidió lo hice, dejando ver que me trague toda su semilla, Enzo sonrió y me beso mientras empezaba a enjabonar nuevamente mi cuerpo.
