CAPITULO 1

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Es extraño, ¿no?

Cómo la vida puede cambiar de un momento a otro sin aviso.

Y en un instante provocar consecuencias inimaginables.
Aún sigo sin entender qué sucedió del todo y cómo llegamos hasta aquí.

Tampoco entiendo qué pasará después.

¿Pero qué fue lo que sucedió?

Para entender esto, tenemos que empezar desde el principio.

- 20 de diciembre de 1992.

En una casa modesta al sur de los Estados Unidos, para ser más exactos en Clarksville, Montgomery - Tennessee.

Vivíamos, mi querido esposo "Darnell" y mi hermosa hija "Naya".

Y estábamos viviendo una situación muy complicada, una crisis económica demasiado difícil, había poco trabajo y diciembre fue el mes más complicado de todo ese año.

Recuerdo perfectamente la escena.

Que representa lo difícil que se vivía en ese momento.

Estaba fregando los platos mientras pensaba qué haría de cenar con lo poco que tenía en la cocina; mi marido estaba descansando en el sofá después de un día muy pesado de trabajo, y nuestra querida hija le mostraba un promocional de una casa de Barbie que estaba en una revista,
mientras le decía que quería que Santa Claus se la trajera de regalo, y a mí me partía el corazón como él solo le contestó.

- "Sí, mi amor, esperemos que Santa Claus te traiga la casa que te gusta" -

Esas cosas me quebraban por dentro porque no fue la primera vez....

Pero fue la que me dejó al borde de las lágrimas, y cómo no sentirlo, en la mirada de Darnell se notaba el cansancio de toda esta situación, horas y horas trabajando para recibir una verdadera miseria que no valía todo ese esfuerzo; fueron momentos muy difíciles, pero con la esperanza de que todo mejorase para final de año.

Pasó Navidad y no cambió nada, al contrario, fue a peor.

Darnell es el único sustento de la casa, trabaja como cualquier obrero que vive al día en esta ciudad, y yo cuido de nuestra hija en casa.

Y él no podía hacer más nada en ese momento, me decía que no había trabajo y que la crisis no nada más nos afectaba a nosotros sino también a todos los trabajadores que dependían del trabajo en la ciudad.

No éramos los únicos en esto.

Pero aún así, me dolía bastante escuchar a Darnell decir que cada día esta ciudad se hundía en la miseria, pero no podía decir lo contrario cuando prácticamente a todos sus compañeros les fue igual o peor que a nosotros.

A partir de ese momento, todas las noches que nuestra pequeña se iba a dormir y nos quedábamos charlando en la cocina, empezó a plantear la idea de que la única manera de salir de esta crisis era conseguir otro trabajo, algo que no había hecho pensando que saldríamos de esa
crisis en ese preciso año, pero las oportunidades eran muy escasas.

Así es la vida en este lugar, muchos de los amigos de mi esposo y también compañeros de trabajo hablaban de lo difícil que era conseguir trabajo en este lugar.

Después de esa Navidad y lo triste que fue ver a mi hija, que aunque no recibió la casa de Barbie que quería, recibió un regalo muy lindo y con mucho esfuerzo, que tuvimos una cena próspera y unida, que es lo realmente importa, aún así la crisis seguiría, el panorama no alentaba para nada y no sabíamos qué iba a pasar a final de año.

Recuerdo cómo Darnell al día siguiente de la cena navideña, eran las 6 am y bajé para preparar
su desayuno para que se fuera a trabajar.

Y lo primero que miró tan solo bajar de las escaleras, es a él recargado con los brazos entrelazados y la cabeza tendida en la barra de la cocina, como si estuviera dormido, eso fue muy
extraño para mí, ya que siempre en las mañanas él es la persona con más actitud que conozco, siempre empieza con toda la actitud, preparándose un café mañanero y alistándose, pero esta vez no fue así.

PORQUE NOS ESTA MIRANDO? 👁️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora