♡ : CAPÍTULO III

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Hyunjin estaba maldiciendo entre dientes su mala suerte.

Los Yang habían decidido extender su visita y quedarse unas horas más de lo pensado. Habían bebido un poco mientras hablaban sobre sus vidas y éxitos. Jimin había llamado a su omega para que pudiera unirse a la conversación de los mayores. El hermano de Jeongin se había retirado una hora antes para encargarse de algunos asuntos y visitar a su prometida.

Lo que dejaba a Hyunjin y Jeongin sentados un poco alejado de los mayores. Por supuesto, el mayor había tomado el asiento unipersonal nuevamente, pero pareciera como si al omega no le hubiese importado, pues estaba sentado a un lado suyo, riéndose de manera cínica por lo que estaba ocurriendo. Hwang se apoyó en el lado contrario a donde de hallaba el omega, tratando de evitar observar aquel apetecible trasero.

—Sentado así te ves tan sexy, Hyunjinnie. —murmuró mientras se acercaba más a él y olfateaba aquel delicioso aroma. — ¿No quisieras salir de aquí y... divertirte? — Hyunjin se estremeció al escuchar el tono que usó para decir lo último.

Trató de controlar a su lobo interior, quién rugía por tomar al omega en ese mismo momento y obligarlo a dejarse de juegos. Quería marcarlo y que no pudiera ver a otro alfa que no fuera él.

Sin embargo, no quería arriesgarse a ello. Jeongin no era lo que él esperaba de su omega destinado, no quería sufrir por ser el simple capricho de un omega, otra vez.

—Prefiero divertirme en mi habitación que hacerlo contigo. —respondió con el ceño fruncido antes de levantarse y dirigirse a las escaleras.

Jeongin sintió el rechazo, pero hizo el esfuerzo por no sentirse dolido. ¿Por qué tendría que estarlo? Observó el camino por donde se retiró el castaño y sigilosamente, mientras los demás conversaban, caminó hasta allí. Subió al segundo piso y observó el largo pasillo, cualquiera de esas puertas lo llevarían a la habitación del alfa. Inhaló profundamente, percatándose del aroma del castaño, el cual podía percibirse con fuerza desde la segunda puerta a la derecha. Caminó con lentitud mientras barría sus cabellos hacia atrás y abría otro botón de su camisa.

Saltó victorioso al sentir la falta de seguro en la puerta y no dudó en abrirla de inmediato y adentrarse en el interior. Observó la espalda del alfa, de pie frente a la cama, y no dudó en acercarse y abrazarlo por la cintura. Hwang se sobresaltó al sentirlo, tan sumido en sus pensamientos estaba que no se percató de la presencia ajena dentro de su habitación.

—Eres tan guapo, Hyunjinnie. —murmuró contra su espalda. — no importa si estás de perfil o mirándome con esos oscuros y grandes ojos. O simplemente de espaldas, como ahora, eres tan atractivo.

Jeongin se llenó de su aroma, se sentía tan en paz cuando lo tenía cerca, su lobo interior se retorcía de completa alegría y placer al tenerlo cerca.

—Suéltame. —gruñó fastidiado.

El omega hizo caso omiso a sus palabras, aferrándose más a su espalda y escondiendo su rostro en ella. Hyunjin sentía su piel quemar dentro de su camisa, las manos del omega eran tan pequeñas y suaves que podía sentir como su corazón empezaba a latir desenfrenadamente con aquella simple acción.

Tomó sus manos entre las suyas y el simple roce lo hizo estremecer. Pensó en aquella suaves manos acariciando su rostro, sentir la diferencia de sus dedos y tomándolos para caminar uno al lado del otro. No. No podía pensar en ello, sostuvo sus manos y las apartó de su cuerpo, alejándose de inmediato. Jeongin se sintió vacío al no sentirlo cerca de nuevo, pero volvió a girar en su dirección y decidió acercarse a él.

—Te alejas porque sabes que deseas esto tanto como yo. —acercó sus dedos hasta el pecho del más alto, sintiendo sus músculos bajo la camisa.

—No quiero estar cerca de ti. —respondió. — eres demasiado molesto.

—¿Te parezco molesto? —bajó sus dedos lentamente hasta instalarse en la entrepierna del alfa, el cual estaba formando un bulto bajo sus pantalones. — ¿Tanto que no puedes evitar excitarte al sentirme?

Lamió sus labios ante la mirada del alfa. Hyunjin estaba luchando contra sí mismo para no follarse al omega en ese mismo instante. Joder, quería sentir aquel culo apresando su miembro, quería embestirlo con fuerza, en diferentes posiciones y dejarlo completamente agotado, con las palmas de sus manos marcadas en ambos glúteos. Sintió la mano del azabache subir y bajar sobre su entrepierna.

—Puedo darte más placer que aquella omega. —murmuró contra su oído. — Quiero tenerte dentro de mí, Hyunjinnie. Lo deseo tanto que sólo soñarlo no basta.

Y esa confesión le sorprendió y excitó. ¿ Jeongin también soñaba con él? ¿Soñaba con dejarse follar por el alfa? El menor llevó su mano escurridiza hasta la correa del pantalón ajeno, sacándolo de manera rápida y de un tirón. Cuando iba a desabrochar el pantalón, la mano del alfa lo detuvo.

—Detente. —gruñó.

—¿Quieres que lo haga, Hyunjinnie? —sonrió ladino mientras observaba los ojos negros dilatados del alfa. — ¿No quieres que te ayude?

El castaño no despegó su vista de los labios del omega, tan carnosos y brillantes que quiso probarlos con un deseo desenfrenado. El peliazul luchó con los pantalones contrarios antes de intentar meter su mano derecha por el inicio del bóxer. Pudo sentir el cuerpo del mayor tensarse ante su toque.

—Estás tan duro aquí abajo, Hyunjinnie...

El castaño dejó ir su lado racional por un momento, y apartando la mano del omega, se lanzó directamente a sus labios. Pudo saborear los suaves que eran aquellos belfos, sintió el gruñido brotar desde lo profundo de su garganta la devorar la boca por completo. Jeongin se unió a él, moviendo su lengua en un compás totalmente adictivo para ambos. El cuerpo del omega fue apresado por los fuertes brazos del alfa, sentía como si lobo chillaba feliz y él no podía estar más que complacido por aquello. Sintió la entrepierna del contrario chocar contra su miembro y no pudo evitar jadear ante ello.

Hyunjin llevaba el control absoluto del beso y de las caricias, quería experimentar todo el cuerpo del omega, descubrir todas sus partes sensibles, besarlo hasta el cansancio y hacerlo gemir sin importarle que sus padres se hallaban en el primer piso.

Pero, entonces recordó lo que le dijeron sobre el menor aquella vez:

"Yang Jeongin es sólo un omega caprichoso. Es cuanto consigue lo que desea, lo abandona. Créeme, hará lo mismo contigo. Aunque nadie ha podido ir más allá de lo que él permite, siempre termina aburriéndose de todo".

Entonces lo recordó, aquella estupidez cometida por amor. La gran tormenta que arrasó con todo lo que él era y que se llevó a su familia en el proceso. Sus sentimientos destrozados por un omega igual a Jeongin que sólo había pisoteado su amor. No iba a caer de nuevo, no iba a ser desechado una vez más. Se separó del omega con algo de brusquedad, observó sus mejillas rojizas y sus labios hinchados por el beso, y por mucho que hubiese querido acariciar aquellos carnosos labios, no lo hizo.

—No voy a caer en tu juego, Jeongin. —la frustración de haber caído minutos antes hizo que sintiera culpa por ser tan débil, pero no volvería a jugar. — si tanto quieres ser follado por un alfa, ve y pídele a otro.

Jeongin se sintió mal al escuchar aquello, pero no lo hizo evidente. Él tenía orgullo y no iba a ser afectado por lo que el contrario dijo.

—No seré tu estúpido capricho, así que deja de insistir conmigo.

No quiso hablar más y acomodando su ropa, salió de la habitación hecho una furia. No quería seguir aquel juego donde seguramente perdería, ya estaba harto de ello.

Por mucho que fuera su pareja destinada, no iba a ser su burla.

Aún cuando Jeongin siempre conseguía lo que deseaba, se preguntó si Hyunjin seguiría siendo un capricho suyo o aquello se convertiría en algo más.

I want it, I got it ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora