capitulo 4; un viaje bajo las estrellas

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El coronel se ofreció galantemente a llevar a olivia de regreso a mi hogar

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El coronel se ofreció galantemente a llevar a olivia de regreso a mi hogar. Antes de partir, se acercó a su tía Diana y a sus amigas, quienes observaron la escena con ojos curiosos y sonrisas juguetonas.

—Me voy con el coronel. No se preocupen, estaré bien —aseguró Olivia, anticipando las preguntas que seguramente seguirían.

Gabi y Sabri intercambiaron miradas cómplices, mientras Francesca, la pequeña hermana de Olivia, sostenía su peluche con expresión de complicidad.

Mientras se dirigían hacia el carruaje, el coronel miró a Olivia con una sonrisa intrigante.

—Es un placer acompañarla, señorita . Pero, antes de embarcarnos en este viaje, ¿me permitiría conocer el nombre de mi encantadora compañera?

Olivia rió, encontrando encanto en la formalidad del coronel.

—Soy Olivia Treadwell, coronel Ravenscroft. Un gusto conocerlo.

El coronel asintió, extendiendo su brazo para permitirle entrar al carruaje con elegancia. El viaje transcurrió entre charlas amenas y risas, donde compartieron anécdotas de sus vidas, descubriendo más de lo que las palabras expresaban.

Al llegar a la casa de Olivia, las luces brillaban suavemente en la entrada, creando un ambiente mágico bajo el cielo estrellado. El coronel ayudó a Olivia a descender del carruaje, y juntos caminaron hacia la puerta.

La madre de Olivia, al escuchar el suave tintineo de las llaves, salió a recibirlos. La sorpresa en su rostro al ver al imponente coronel fue evidente.

—¡Mamá, permíteme presentarte al coronel Sebastian Ravenscroft! —anunció Olivia con una chispa de emoción en sus ojos.

El coronel hizo una reverencia cortés.

—Es un placer conocerla, señora Treadwell. Espero no interrumpir demasiado.

La madre de Olivia, con una mezcla de sorpresa y deleite, respondió:

—El placer es mío, coronel. ¿Gustaría quedarse y compartir una taza de té? Hace tiempo que no recibimos a un invitado tan distinguido.

La oferta fue aceptada con gratitud, y en el acogedor salón, entre tazas de té y risas compartidas, el coronel Ravenscroft se encontró sumergido en la cálida atmósfera de la familia Treadwell.

Mientras la noche avanzaba, un halo de misterio envolvía la conexión entre Olivia y el coronel. Conversaciones a media luz, miradas furtivas y la promesa de encuentros futuros tejían una trama de romance que iba más allá de las apariencias.

Bajo las estrellas y la luz tenue de la lámpara de la sala, el coronel se sumergió en la vida de Olivia, descubriendo capas ocultas de su ser. Al final de la velada, cuando se despidió con elegancia, una pregunta quedó suspendida en el aire:

—Señorita treadwell, ¿me permitiría cortejarla apropiadamente?

Olivia, con una sonrisa enigmática, respondió:

entre mares y pasionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora