A donde nos lleve la luna

I

Kamila

No sé que estoy haciendo.

Agarro mi maleta de la cinta de equipajes y miro a mi alrededor.

Como carajos llegue aquí.

Mierda.

Algo vibra en mi pantalón, es mi teléfono, ya tengo señal, cientos de mensajes se hacen visibles, así que lo pago. No tengo ganas de escribir ahora, no si me estoy cagando de frío.

Miro el reloj enorme que cuelga en una pared, son las 19:45, el cielo ya esta negro y empieza a hacer frio.  

Tomo mi maleta y me encamino a la salida del aeropuerto, hay varios taxis estacionados así que me subo al primero que veo.

–Buenas noches, señorita,¿a dónde la llevo?—Suelto un suspiro de alivio cuando escuchó hablar al taxista ingles.

Investigue en el avión que aquí,en Yellowknife se habla varios idiomas, no sabía con cual iba a toparme.

El señor carraspea para llamar mi atención, no he respondido. Saco mi teléfono de prisa y le muestro la dirección, me da una ojeada y asiente.

El carro empieza a moverse y tardo un poco en darme cuenta que no es un señor quien maneja, sino un joven,más o menos de mi edad y de pelo castaño, es guapo, veo que está mirándome por el retrovisor así que aparto la mirada de él.

Cinco minutos después el carro para. Veo por la ventana y hay varias casas, no se cual es la mía.

–Es esa.—Dice el chico con una leve sonrisa, veo hacia adonde apunta y es una la pequeña casa azul de dos pisos que está al frente de nosotros.

Me giro para preguntarle cómo es que lo sabe, pero él ya está rodeando el carro para bajar mi maleta.

Bajo del carro y lo sigo, busco la llave pero contra todo pronóstico la puerta se abre, el castaño la abrió.

– Bienvenida a casa prima.

Que mierda.