Capitulo 1

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Deberían sentirse afortunados de estar dentro de mis pensamientos y disfrutar de esta historia desde la primera fila.
No a cualquiera se le otorga una perspectiva tan amplia de la mente de una criatura tan compleja como el de una sirena.
Ahora les sugiero ponerse cómodos y acompañarme en lo que serán mis últimos momentos de vida.
Como sabrán hace unas cuantas horas tuve una lucha a muerte con unos monstruos llenos de tentáculos en la costa de Oceanside, una rasa en extremo peligrosa que de manera hipócrita se hacen llamar los "nobles guardianes del océano".
Al luchar contra ellas las cosas no salieron como se planearon y digamos que ahora las circunstancias no eran las mas favorables para mi; pues luego de aquella feroz batalla mi cuerpo de una "imponente y poderosa sirena de varios kilómetros de alto" tuvo una des transformación a una sirena de mucho menor estatura, la caída de varios metros hacia el océano había sido un impacto tan doloroso que me había aturdido la cabeza, y como consecuencia por aquel aturdimiento no me dio el tiempo de reaccionar o escapar de la captura de un viejo barbudo y su cangrejo-mascota. El barbudo me mantuvo dentro de una jaula y me ocultó dentro de su barco.
Busque y busque todo lo que pudiera tener a mi alcance para forzar la cerradura y salir lo más pronto posible. Sabía que solo era cuestión de tiempo para que esos asquerosos krakens vinieran por mi y terminarán con el trabajo. Estaba entre la espada y la pared.
Busque y busque alguna solución, la jaula era extremadamente pesada y me era imposible arrastrarme usando solo mis manos. Además al a verlo intentado mis manos se habían ensuciado de polvo y grasa. Eeewww! Asco! Ascoooo!
Luego de que mi cuerpo quedó completamente seco mi enorme aleta se moldeaba poco a poco en un par de piernas humanas. Admito que ver ese proceso fue algo tan triste, porque muy probablemente esa sería la última vez que veria mi aleta moverse. Lo lamento querida, de a ver sabido que sería nuestra última noche juntas te habría usado para abofetear con más fuerza a esa niña.
No solo corría con esa desventaja, luego de algunas horas mi precioso y envidiable cabello pelirrojo se había secado y lucia empobrecido, sin volumen, lucia horrible! necesitaba de una ducha, secadora y un peine con urgencia! Mis labios de ser los más dulces y suaves como malvaviscos se se sentían rígidos y secos, la piel de mis mejillas de ser tan finas e imperfectas como un jarrón de porcelana se sentían sin elasticidad y sin brillo, mis manos de ser tan suaves como la ceda estaban sucias y pegajosas! Aaagggh! y , todo mi atuendo seguía empapado... Ay no... ay no! Luzco tan desaliñada en esta situación y estar dentro de una jaula tampoco ayudaba mucho, las jaulas son cosas horribles y frias! Malditos y asquerosos suelta tintas sin vertebras! Nunca antes en mis cientos de años me habían humillado de esta manera! Un ser tan majestuosamente perfecto como yo en una situación tan denigrante cómo está por su culpa! ojalá y se pudran! maldita Ágatha y su maldita familia!
Pase un buen rato maldiciendo todo lo que me llevo a esta situación.

-Señor Gordon, vi su transmisión en mi teléfono y entiendo que es uno de sus mayores logros en su carrera como barquero pero debe entender que esa sirena no puede exhibirla como un trofeo.

Mis pensamientos importantes fueron interrumpidos por aquella voz y por el sonidos de pasos por la cubierta del barco. Esa voz que supe reconocer al instante supe que se trataba de esa ingenua cefalópodo a la que había usado para conseguir aquel tridente, estaba hablando con aquel humano anciano que me tenía como prisionera, cuanto tiempo llevaban hablando? No podían estar tan lejos, pero aún así era complicado escuchar su conversación.
Los pasos siguieron y pude notar las sombras por la parte de arriba de las escaleras por donde aquel viejo había salidos luego de encerrarme.
Estaban aquí, ¿finalmente llegaron para ponerle fin a mi existencia?
Con ambas manos en los barrotes y con mi cabeza saliendo entre ella quizá podría escuchar con más claridad su conversación.

-Señorita "Kraken", lo único que yo hago es mantener a  Oceanside a salvo de demonios tan peligroso cómo aquel que yace encerrado en el calabozo- exclamó aquel humano barbudo- y exhibirla en esa transmisión no es como si fuera un trofeo! Es una prueba irrefutable del peligro que existe en el océano!
Y una brillante exhibición y propaganda para mis recorridos.

Krakens y Sirenas- conoce a Chelse Van Der ZeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora