3. El Metro

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Keel se siente alarmado, siente que la luz puede irse en cualquier momento, dobla la página del periódico y se lo mete al bolsillo. En este momento pasan mil cosas por su mente, tiene miedo, es obvio, está completamente solo en una estación de metro, demasiado tarde como para estar fuera de la comodidad de su hogar, tiene frio y aunque lleva puesto un Hoodie negro aun así la baja temperatura que hace allí adentro es terriblemente perceptible, piensa en lo peligrosas que son las calles hoy en día, piensa en todas las personas desaparecidas que ha habido últimamente en su ciudad, y de las cuales nunca se ha vuelto a saber nada, además de la terrible lluvia, y de lo sola que está la calle que alcanza a ver a lo lejos, reflexiona si este podría ser su ultimo día, ¿cuántas posibilidades hay de que llegue a su apartamento a salvo?.

Keel no cree en nada sobrenatural, por lo que considera que todo lo que le ha pasado en el metro son imaginaciones suyas, Keel sabe que no es la primera vez que exagera las cosas y se pone extremadamente paranoico, la soledad que hay aquí simplemente hace que los pensamientos del día más traumático en la vida de Keel regresen. Keel solía vivir en otra ciudad con sus padres, dónde vivió hasta terminar la secundaria, y fue particularmente un día en el que Keel regresaba del colegio cuando mientras iba de camino a su casa, solo, después de una actividad extracurricular que fue testigo de un violento asalto en la calle. Intentó intervenir para ayudar a la podre señora, que caminaba tranquila, llevaba un bolsito el cual los ladrones querían robar, Keel no hubiese intervenido de no ser porque esa señora estaba ya mayor y no soporta la violencia a personas mayores, pero fue golpeado y herido gravemente por los asaltantes. Aunque sobrevivió, el incidente le dejó cicatrices físicas y emocionales. Desde ese día, Keel lucha con ataques de pánico y ansiedad, especialmente en situaciones que le recuerdan al asalto, como lugares solitarios y oscuros, también luego de eso tuvo dificultades para concentrarse en él colegio y dejó de hacer muchas cosas que antes disfrutaba como salir a caminar por las noches. Este evento traumático alteró su percepción de seguridad y confianza en los demás, lo que afectó profundamente su vida diaria y sus relaciones.

Keel sale de estación rápidamente, alerta a cualquier cosa, cuando está afuera, camina entre la lluvia y se acerca a la via a esperar que pase un taxi.

Un par de minutos después Keel está de camino a casa de sus amigos, con la ropa empapada, en un taxi que ha cogido, aunque no puede superar el miedo que acaba de sentir, se siente aliviado de estar cada vez más lejos de esa estación del metro. Mira su teléfono, ya son las nueve y treinta y cinco, pero no se alarma, sabe que sus amigos lo estarán esperando. Empieza a sonar un teléfono, es el teléfono el taxista, Keel ve por el espejo retrovisor la cara de extrañeza del taxista al no reconocer el número que llama tan insistentemente, duda por un instante, pero finalmente el taxista contesta, se pone su teléfono en el oído, pero no dice una sola palabra, solo asiente. Keel nota como la cara del taxista de torna oscura, pero le resta importancia.

Ve la oscura noche de la ciudad mojada por la ventana del taxi, ya dejó de llover, siente que el frio inunda el auto, así que cierra la ventana.

-Disculpe señor, era la salida anterior, no esta. Dice Keel al taxista tras darse cuenta de que ha tomado la salida incorrecta.

- Lo siento, fue mi error, tendré que dar toda la vuelta nuevamente, no te alarmes.

-Ok, no pasa nada - dice Keel.

Tras unos largos quince minutos llega a casa de Lara.

Keel le agradece al taxista y le paga, luego se baja del auto y se acerca a la puerta. Oye cómo se aleja el taxi. Toca el timbre y espera pero nadie abre la puerta, vuelve a tocar, nadie, parece que no hay nadie en la casa que tiene todas las luces apagadas, toma su teléfono, llama a Lara pero no responde, luego llama a André, tampoco contesta, no sabe qué hacer, se siente tan insignificante en ese momento, solo allí en la puerta de una casa que no es la suya, al otro lado de la ciudad sin conocer a nadie más, pero Keel sabe que no puede darse el lujo de quedarse a lamentarse por lo sucedido, tiene que actuar, no tiene más opción que regresar a casa, así que se da la vuelta y camina hacia la avenida para tomar de nuevo taxi.

Su respiración y su pulso se aceleran, Keel camina en esa húmeda, y oscura calle cuando se fija en las casas las cuales parecen estar solas, —que mierda— los recuerdos de aquella noche lo atormentan, recuerda como lo tiraron al suelo y comenzaron a golpearlo, en la cabeza, y el abdomen, intenta salir de su mente y concentrarse en su entorno, pero cuando lo hace observa las ventanas de la casa que está a su izquierda ve la cara de la señora del metro que lo observa desde la ventana, luego mira otra ventana, es el tipo del taxi, en la otra esta Lara, Keel comienza a correr en la siguiente ventana ve a su madre y a la derecha ve en la ventana a Derek y luego ve en cada ventana de cada casa a una persona diferente quienes lo miran por una esquina como si intentaran que él no se diera cuenta de que lo están observando, en la siguiente casa por la que pasa se concentra tanto en la cara de André que olvida que está corriendo y pisa una roca la cual se resbala por el pavimento y lo hace caer hacia atrás, dándose un golpe en la cabeza.

Keel se levanta lentamente confundido, con dolor de cabeza y con ganas de desaparecer, no lo puede evitar tiene que mirar hacia atrás para asegurarse que nadie lo sigue, pero cuando se asegura de que no hay nadie en la calle, ve las ventanas de las cuales acaba de correr, no hay nadie, nadie lo miraba, y aunque las luces de todas las casas están apagadas lo que es demasiado extraño, no había nadie mirándolo desde las ventanas. El chico sigue caminando.

Cuando está en la avenida espera, pero no pasa ni un taxi, <<ya es muy tarde, debe ser por eso>> piensa algo preocupado, su casa está a unas dos horas a pie y ni siquiera conoce muy bien el camino, recuerda que hay una estación de metro cerca de allí, es la estación donde siempre llega cuando viene a cenar con sus amigos, duda demasiado, pero debido a su actual situación y a sus limitadas opciones opta por ir en metro.

Cuando está en la estación de metro, no pasan ni 10 minutos hasta que llegue el metro, se sube, está solo allí dentro, intenta no pensar en que llegará a la misma estación de donde intentaba escapar hace un rato, el tiempo se pasa muy lentamente hasta que por fin el metro se detiene. Cuando llega a la estación se baja rápidamente, ya no están las sombrillas en la entrada del baño, y juraría que habría charcos de agua tras la fuerte tormenta, pero envés de eso, nada, solo una soledad y una tranquilidad, como si esa estación hubiese sido remodelada hace tan solo unos minutos, cualquiera se sentiría comodo allí, pero él se siente extraño, se siente como si estuviera en un lugar que no ha visto jamás, igual no se va a quedar mucho, así que se dispone a caminar a su casa, sale del metro, camina por unos cuantos minutos cuando siente un golpe en su cabeza, algo cayó del cielo y lo golpeó, oye que eso que lo golpeo cae más adelante, mira a lo lejos y es su sombrilla, la sombrilla que había salido volando en la tormenta, corre y la toma, cuando la levanta mira su mano derecha y no tiene nada, el rasguño que se había hecho con la sombrilla ya no está. Siente el instinto de revisar sus bolsillos y saca el periódico. Un escalofrío recorre su cuerpo cuando ve que en el periódico no aparece la imagen de la anciana sino una imagen suya, y el titular; "Persiste la Incertidumbre: Un Año Sin Rastros del Joven Desaparecido en Ruta a Encuentro con Amigos": "Hoy se cumple un año de la desaparición del joven chico que salió con destino a casa de sus amigos, este es el día y no se sabe nada de él, luego de tanto tiempo los investigadores temen lo peor, aunque su familia insiste en continuar con la investigación y las actividades de búsqueda, si usted tiene alguna información acerca del paradero de este chico por favor comunicarse a la nueva línea para personas desaparecidas que creó la alcaldía; 7456136851, o también puede comunicarse al correo electrónico; desaparecidos.info@falltown.com", y abajo escrito con lápiz pone; «no temas»

LA OSCURA VERDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora