Fate: Eventualmente me convertiré en el héroe de la justicia

Capítulo 31

Habiéndose fusionado con Saint Graph, Shirou sabía que ya no podía evitarlo.

Gilgamesh estaba abriendo la Puerta de Babilonia y había puesto su mirada en él. Si no salía, probablemente comenzaría otra ronda de ataques.

Pero -

¿Cuál fue el punto?

Como un simple mortal, Shirou se había obligado a participar en esta guerra de vida o muerte, solicitando específicamente a Scathach que le enseñara cómo luchar hasta la muerte. Sin embargo, en este momento crítico, sin dudarlo, Gilgamesh lo expuso e incluso abandonó temporalmente el enfrentamiento con Iskandar y Artoria.

¿Qué esperaba lograr?

¿Tenía una razón lógica detrás de sus acciones?

Shirou reflexionó durante mucho tiempo, pero no pudo encontrar ninguna explicación lógica para el comportamiento de Gilgamesh en ese momento. Si tuviera que explicarlo, la única explicación es que la forma de pensar de este tipo es fundamentalmente diferente a la de la gente normal; esta fue una explicación condenatoria.

Y ahora, Shirou tenía que mostrarse.

Usando el traje de cuero de Ultraman y envuelto en la pesada capa negra, incluso en pleno otoño, se sentiría acalorado y sudoroso. Pero en ese momento, Shirou sintió como si el clima estuviera helado.

Lo suficientemente frío como para que le temblaran los huesos.

"Salga." Iskander abrazó su pecho y miró con interés el humo que revelaba la silueta de Shirou.

Acercarse,

Acercarse.

De repente -

Ignorando los gritos de Waver, la expresión de Iskandar se congeló y sus cejas se alzaron mientras agarraba directamente a Waver y lo jalaba detrás de él, incluso Diarmuid instintivamente apretó con más fuerza sus dos lanzas.

Artoria dio un paso adelante, parpadeando hacia el frente de Irisviel, frente a Shirou. Tenía un agarre firme sobre la espada sagrada invisible en su mano. Incluso Gilgamesh inconscientemente arrugó las cejas, pero luego sus cejas se relajaron y una sonrisa de satisfacción apareció en sus labios.

"¿Qué pasa, Saber?" -Preguntó Irisviel.

"Ese tipo es extraño y peligroso", respondió Artoria con expresión seria. "Irisviel, quédate detrás de mí y no salgas. Yo te protegeré".

Shirou salió de la niebla, mirando a los Servants que le apuntaban con sus armas. Una sonrisa amarga apareció en su rostro bajo el traje de cuero.

Qué -

¿Qué debe hacer?

...

Kirei Kotomine, vestido con su túnica negra, estaba envuelto en el silencio de la noche. Estaba sentado en la oscuridad del sótano de la Iglesia Fuyuki. Tenía los ojos cerrados, pero no descansaba. En cambio, estaba escuchando atentamente algo.

A primera vista, uno podría suponer que Kirei estaba sumido en meditación, pero en realidad estaba escuchando los bajos murmullos de la brisa del mar. Frente a él había una escena, una batalla se desarrollaba, con chispas volando.

Los ojos cerrados de Kirei no estaban enfocados en el presente, sino en una batalla lejana que tenía lugar cerca de un muelle de almacén en la ciudad de Fuyuki. Estaba al tanto de esta información debido a que su Servant Assassin, que actualmente se escondía cerca, le transmitió los mismos detalles.