Maratón 1/3
Desconocido
-¡Deje bien claro que la quería viva y a mi lado demonios inutiles!-
No paraba de dar vueltas por todos lados, estaba desesperado, eso me pasaba por confiar en demonios de clase baja para este trabajo.
Mi cuerpo hervia de rabia y angustia.
Me paré en seco, pose mis ojos en los sirvientes a los que había encargado este trabajo, tenían la cabeza gacha esperando la siguiente orden cosa que no iban a recibir ya que tenia otros planes para ellos.
-Bien, dado que no podéis hacer nada sin cagarla vamos a jugar un juego, quien sobreviva a lo que se viene seguirá trabajando para mi y quien muera que pena- daba vueltas a su alrededor midiendo cada movimiento que hacían.
Sonreí cinicamente y me ubique en el centro de la gran sala con los ojos cerrados y los brazos extendidos esperando el primer ataque.
-Venir a por mi-
El primer Umbraggor vino con fuerza hacia mi, dejé que impactará contra mi cuerpo.
Joder como me gustabs esta sensación de poder.
Caí al suelo de espaldas con el encima de mi, el primer mordisco fue a la cara, lo esquive con facilidad, el segundo mordisco me hizo un pequeño corte en mi mejilla cosa que me hizo sonreír y lamerme los labios.
El último mordisco que pudo darme con su gran colmillo atravesó mi mano, mi sangre caía en mi cara empapando todo a su paso.
No me disgustaba el olor y el sabor a sangre.
Aún con el colmillo atravesando mi mano cogí impulso haciendo que el retrocedieron, le cogí de cada uno de los extremos de la mandíbula y tire con fuerza arrancadole la mitad de la cabeza.
El siguiente fue aún más divertido, rompí cada hueso de su cuerpo oyendo sus gruñidos de dolor.
Así pasaron muchos de ellos muriendo uno a uno descargando toda mi rabia y frustración.
El único que quedó vivo fue unl de ellos que resistió a mi tortura.
Me agaché a su altura y le susurre una palabras.
-invenias eam servum meum et da ei sanguinem meum ne deficias-
(Siervo, debes encontrarla y darle mi sangre, no me falles)El ser cambio de forma combirtiendose en un chico muy apuesto.
-Haz tu trabajo y traela de vuelta a donde pertenece, no quiero fallos y una última cosa, no la mires, no la nombres y sobretodo.... no la toques- inquiri serio mirándole a los ojos.
-si señor-
No dijo más y salió de la sala dejándome solo en la penumbra del castillo.
Isir... mi pequeña, todo se resumía a ella.
Quien diría que me obsesionaria con ella de tal forma que llega a ser enfermizo, sin darme cuenta caí a sus pies y esa es mi perdición, no hay vuelta atrás, lucharé por ella, mataré por ella, moriré por ella y viviré por ella.
Todo se resume en ella.
Todo empezó el día en el que estaba en la escuela, ella iba a una escuela de humanos ya que sus padres adoptivos decidieron que era la mejor opción para mantenerla a salvo de nuestro mundo.
Yo en ese entonces era uno de los encargados en vigilarla y protegerla.
Ella se encontraba jugando en la arena hasta que sus cuernos hicieron acto de presencia, yo no lo podía creer ya que suelen salir cuando tienes una edad mucho más avanzada, unos niños humanos se empezaron a reír de ella y a tocarle los cuernos tirando de ellos, ella empezó a llorar por el dolor insoportable que eso provoca, cuando iba a intervenir de la propia furia provocó una onda expansiva bastante potente donde su función era provocar daño al agresor a través de cortes.
Los niños quedaron muy mal hasta el punto de casi morir pero para mi fue la mayor satisfacción del mundo que tuviese tanto poder siendo tan pequeña.
Desde ese entonces he estado observandola entre las sombras, protegiendo a mi manera, pero lo hacía y sobretodo algo mas que solo protección despertó dentro de mi, deseo, excitacion, poder, unión....
Al principio intenté ignorarlo pero los años fueron pasando y el vínculo cada vez era más fuerte.
Me di cuenta tarde de que ese lazo no era por ser su lazo sino por un pacto de sangre que pasó de generación en generación.
No me disgustaba que fuese así ya que ella sentiría lo mismo por mi que por sus lazos incluso aveces era más potente pero me hacía rabiar el hecho de tener que compartirla.
Pero eso pronto se iba a acabar ya que no faltaba nada para que aceptará a su demonio y la profecía se cumpliera.
Solo faltaban 7 semanas para que todo acabase y sea mía.
Mi pequeña isir.... nos veremos pronto.
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SECRETOS
RomanceSecretos. Todos en algún momento hemos tenido algún secreto guardado, ya sea por vergüenza, miedo, avaricia... En mi caso lo es por el hecho de que ni yo misma se lo que guardo en mi interior y el poder que tiene. Solo me basto un día para derribar...