Capitulo 4

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Bueno no tenia caso que yo opinara si de todos modos se iba a hacer lo que ellos quisieran. Me encogí de hombros y lo tomaron como si hubiera dicho estaba feliz de irme con los abuelos, todos sonrisas y abrazos.

-Mis papas te quieren mucho- dijo mi papá

-Al menos disimulen tantito que se mueren de ganas por deshacerse de mi, ¿cuando ingreso al reclusorio?- dije derrotada.

-En cuanto termine tu año escolar, ¿Cuanto falta?- dijo mi papá de mi supuesto chiste.

-Dos semanas- mentí, nada mas por decir algo.

En los siguientes días tuvimos tantas discusiones que hasta perdí la cuenta. Empezaba como diferencias de opinión y se convertían en batallas campales donde terminábamos todos contra todos. Por ejemplo, mi mamá propuso que nos quedáramos en un hotel mientras llegaba la hora de instalarme en casa de los abuelos y ellos se fueran y mi papá dijo que era poco practico, que mejor nos quedáramos todos con los abuelos para que yo me fuera habituando al cambio. Todavía no acababa de decirlo cuando mi mamá puso una jetota del tamaño de una revista. Como mi papá fingía no darse cuenta de su cara de disgusto, ella no se aguanto las ganas y empezó a quejarse:

-Va a ser mas presión para Elsa y tus papás se van a sentir como que los estamos poniendo a prueba.

Yo nada mas me le quede viendo con cara de ¿perdón?, porque su argumento no tenia ni pies, ni cabeza. Mi papá, en cambio, seguía haciendo pato y le contesto como si nada:

-Al contrario, la transición va a ser mas fácil, como cuando llevas a una orca a su nuevo parque acuático, se adapta mas rápido.

Ahí las dos pusimos el grito en el cielo, yo porque no me gusto que me compara con una ballena y mi mamá porque esta en contra del maltrato animal. Entonces me ofendí porque interprete que me estaba diciendo animal y y ella a su vez interpreto que yo apoyaba el cautiverio de animales. Concluimos que:

1.- Las dos estamos en contra de que se maltrate a los animales.

2.- El ejemplo de mi papá ni al caso, porque yo no tengo entrenadores, sino tutores.

3.- Había que mandar una carta a cada circo y a cada parque acuático que tuviera espectáculos con animales para exigir que dejaran de hacerlo.

Estábamos en ese punto cuando mi papá nos interrumpió  y dijo que iba a llamar a los abuelos para avisarles que nos quedaríamos en su casa y que no llevaríamos delfines amaestrados. Entonces las dos nos enojamos otra vez, ahora contra él, porque no era chistoso que tomara a broma nuestra defensa a los animales y porque tampoco se valía que tomara la decisión unilateralmente.

Fuimos las grandes aliadas hasta que mi mamá cometió un error táctico:

-Ademas, ¿yo porque me voy a ir a refundir a esa casa? ¡Si ya sabes como es de especial tu mamá!

Ahí se acabo nuestra sociedad, admito que me puse como loca. Pero es que  en ese momento me pareció la injusticia mas grande de la vida: ¿por qué mi mamá no podía aguantar a mi abuela ni un mes y en cambio yo me iba a quedar a vivir con ella dos años completos? Al principio de esta nueva discusión mi papá y yo nos aliamos:

-No seas injusta, mi mamá no es un monstruo-  dijo él.

-Y si tu suegra es un monstruo, ¿por que quieres alimentarlo con tu hija?- reclame yo

Pero luego mi papá decidió que yo estaba insultando a su mamá, aunque le repetí que yo había dicho un hipotético, que no es lo mismo que a huevo sea un monstruo. Y ahí se aliaron ellos dos: que como hablaba yo así y peor, que como hablaba si diferente de ellos, que necesitaba urgentemente algo de disciplina y que justamente eso me iba a recetar la abuela:

Mi hobbie, mi vida (Hiccelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora