En otra vida, tal vez...

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TW: Suicidio, soledad. Si eres sensible a algo de eso, por favor no leas más.

Branch se había levantado más cansado de lo habitual, sentía como le picaban los ojos del cansancio. Seguramente estarían rojos y enfermizos. Podía sentirlos, como lentamente caían y sus párpados cedían como señal para que volviera a dormir, que descansara y se olvidará de sus problemas.

Dormir era perfecto para desconectar de todo, sobre todo si tienes muchos problemas y no quieres afrontarlos.
Aunque su mente dijera que se volviera a acostar, su cuerpo hizo caso omiso y se levanta a lavarse la cara.

Avanza por el suelo del búnker. Él mismo puso un suelo afelpado para que sus pies no dolieran al caminar por la tierra seca que antes inundaba su búnker.

Entra al servicio y mira su rostro sin expresión, tenía la cara cada vez más gris, como hace unos meses. Pero no podía entender el por qué se sentía así. Hace una semana sus hermanos volvieron, salvaron a Floyd de las manos de aquellos gigantes y regresaron juntos a casa. Pero su cabeza no dejaba de dar vueltas y vueltas; ¿por qué ellos no volvieron antes?, ¿por qué solo lo hicieron cuando uno de ellos estaba en peligro?

Por el camino a buscar a su hermano de pelo rosa, John Dory se lo dejó bien claro, eran una familia separada. Eso le dolió bastante, ansiaba ser una familia reunida de nuevo y aunque la situación actual siguiera ese camino de estar todos juntos, pues sus hermanos se encontraban en villa pop, sentía ese vacío de nuevo.

Recordaba como de niño esperaba cada día en la entrada de la vaina a que ellos volvieran, mas, nunca lo hicieron y cuando comieron a la abuela por su culpa, si, su culpa, tampoco lo hicieron.
Afrento sus problemas solo y consiguió sobrevivir 20 años sol, hasta que Poppy lo sacó de su miseria.

Volvió a mirar su reflejo y veía como poco a poco volvía a su antiguo yo.
No podía evitar pensar que sería de él si ahora mismo se suicidara. No podía evitar pensar si en esa otra vida que le esperaba su abuela no moriría por su culpa. Porque el sabía lo que pasaría, se callaría y llevaría a la abuela a un lugar seguro.

Salió del baño para toparse de frente su estantería de rompecabezas, todo de su abuela. Recordó como ella le dio una lección al esconder una pieza de puzzle para que aprenda que la vida a veces no encaja y que no es perfecta como lo es ese viejo juego de unir piezas que encajas unas sobre otras con una perfección que a veces hacia que le temblara el cuerpo. No puede evitar soltar una risilla nostálgica ante ese recuerdo. Observa el cuadro de ella y le da la vuelta. No se sentía orgulloso de su pensamiento y no quiere que ella lo viera, aunque fuera un simple retrato.

Suspira y se dirige a uno de los muchos cuartos, para agarrar una cuerda y llevarla al salón. Vacila al verla, le tiemblan las manos y se asusta antes lo que estaba pensando.
Tira la cuerda a un lado y se lleva una mano a la cara para limpiarse las lágrimas, ¿realmente valdría la pena?

Entonces otra puntaza le atraviesa el pecho, esa noche, cuando tenía 2 años y su hermano decidió unirlo a la banda. Estaba tan nervioso y ansioso a la vez por salir y cantar... Pero, de nuevo, todo se fue a la mierda. No consiguieron alcanzar la armonía familiar perfecta por su culpa. No era casualidad que justo la noche que actuara con ellos se liara. Había metido la pata hasta el fondo y por ello lo abandonaron.

Inconscientemente había vuelto a agarrar la cuerda y comenzó a hacer un nudo fuerte, uno que pudiera aguantar el peso de su cuerpo y no se deshiciera. Tal vez en otra vida, él no lo hubiera liado esa noche y sus hermanos no lo hubieran abandonado.
Tal vez pudiera vivir esa experiencia en otra vida y lo hubieran cuidado y protegido. Porque si era sincero con él mismo, le falta el cariño de ellos. Incluso después de regresar no le habían más dirigido la palabra y mucho menos un simple "perdón".

Ellos no querían sacar el tema y eso lo consumía bastante por dentro, ¿acaso no lo querían? No sabe ni por qué se lo pregunta, era obvio. Había perdido la esperanza en ellos y se hunde, se rinde, pasa de todo. No le importaba a sus hermanos. Ellos pasaban de él, porque estaba seguro que si ellos le querían hubieran venido a arreglar las cosas.

Mira sus manos volverse grises y con ellas el resto de su cuerpo. Ya no le importaba su color, solo quería acabar con su soledad.
Se levanta y cuelga la cuerda fuertemente en un lugar alto. Ahora buscaría un taburete y podrá poner fecha a su dolor. Tal vez en la vida que le espera su hermano Floyd si hubiera mantenido su promesa y no hacer como los demás, irse y no regresar. O incluso podría haber encontrado a Clay y escapar junto a él en los túneles aquella noche. O Jonh Dory podría habérselo llevado con el a sus aventuras.

Realmente entiende el por qué no le llevaron con ellos, ¿quién querría encargarse de un bebé al fin y al cabo?

Coloca el taburete y se sube, apoya la cabeza en la cuerda y respira hondo por última vez:
-Tal vez en esa otra vida me queríais porque yo os amo y os perdonaría tanto en esta como en otra.

Más tarde, en esa misma habitación solo se escucharía el crujir de la madera de los muebles y con suerte avistarias el cuerpo de un troll gris que solo quería ser amado por sus hermanos.

Tal vez en otra vida... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora