He likes Letters

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— Entonces tal vez puedas ayudarme

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Entonces tal vez puedas ayudarme. Es que no se que le gusta.

Las cartas Lando, le gustan las cartas.

Lando era un estudiante distraído. Generalmente irresponsable y un poco problemático. No eran un salón muy grande pero no lo suficientemente pequeño como para ser amigo de todo el mundo.

En su clase estaba Carlos. El estudiante ejemplar, representante de curso. Generalmente tranquilo y solo un poco desordenado. Era algo solitario, solo contaba con un amigo y de lo contrario parecía que prefería la soledad.

Landó tenía muchos amigos. Era bastante agradable y amistoso. Pero no era amigo de Carlos. Apenas habían cruzado palabra para algún trabajo ocasional y por mucho les hubiera tocado juntos en algún asiento de un evento escolar.

Aún así le gustaba Carlos.

Pero nadie lo sabía. A pesar de ser amigo de medio mundo, era bastante reservado sobre sí mismo. Carlos también. Así que no tenía manera de saber si le gustaba alguien o incluso él. A duras penas sabía que estaba soltero.

Y San Valentín estaba a la vuelta de la esquina.

Y luego de dos años, decidió que era suficiente. O se lo decía, lo rechazaba (lo cual creía bastante probable) y lo superaba, o en el mejor de los casos le aceptaba una cita. De cualquier forma sería cerrar una etapa y abrir una nueva.

El problema era que como no hablaba con él, no tenía mucha idea como confesarse. Sabía que le gustaba el color rojo, que le encantaban los carros, que su número favorito era el cinco, que media 1.80, que practicaba golf, que amaba los perros, entre otras cosas. Pero no sabía que le gustaba o le atraía románticamente.

Por eso decidió que tal vez hablar con el mejor amigo de Carlos no sería tan mala idea.

Carlos es bisexual, así que eso aumenta tus probabilidades. La verdad si soy sincero casi nunca hablamos de esas cosas. Solo alguna vez me dijo que le gusto una chica pero nunca le dijo nada. Eso es todo.

Suspiro de alivio y sonrió.

Nunca supo cómo se sintió Carlos respecto a nunca haberle dicho nada a aquella chica. Si se quedó con la duda, el arrepentimiento o alguna emoción parecida. Pero por lo menos ese era uno de sus mayores miedos. El hubiera. Y cuando se trataba de Carlos, lo último que quería era un "Qué hubiera pasado si".

Prefería un rechazo directo.

La creatividad no era uno de sus fuertes. De hecho ni siquiera cuando era niño era imaginativo. Y por eso todo lo relacionado con artes y manualidades era una fatalidad para él. Si lograba hacerlo, lo cual era un verdadero milagro, entonces algún defecto tenía que saltar o la vista, o si no, la poca calidad del trabajo en sí.

Primero sonrió, cuando escuchó que le gustaban las cartas. Eso era fácil.

Pero luego se le pasó.

Si iba a ser una buena confesión, no debía ser fácil, tenía que esforzarse. Y eso era lo complicado.

Carlando One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora