The Most Beautiful Star [Cancelado]

•ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ ᶜⁱⁿᶜᵒ•

꧁𒆜𝑁ᴀʀʀᴀᴅᴏʀ𒆜꧂

ˢᵒⁿʳⁱˢᵃ

Saturno se sentía mal consigo mismo, no podía soportar más el peso de la culpa.

Su querido amigo Júpiter, la única compañía más cercana que poseía lo consolaba en su tragedia.

El anillado nunca fue bueno en expresar sus sentimientos más que el de la tristeza, solo su confidente de hidrógeno y helio podía leerlo como uno de sus libros.

– Saturno, entiendo que estás mal por lo de Titan pero...

– ¡No es solo eso! Le dije cosas muy feas, seguro y ya no me quiere ni ver ¿Qué pasaría si se enoja otra vez y quiere volver a empezar otra huelga? Probablemente esa otra luna de Camiledis le tentara para que vuelva hacer algo malo y todo volverá a empezar como un ciclo sin f...

– Alto allí Saturno ¿Estás culpando a una de mis lunas de lo que hizo la tuya?

– No me malinterpretes Júpiter, es solo que Titan no es capaz de llegar a tales extremos, sin un buen empujón y una mala influencia.

– ¡Entonces tu luna esta igual de mal que la mía!

– ¡No compares a Titan con ese mounstro!

Urano escuchaba la disputa de los divorciados, cuyo sobrenombre fue bautizado por el mismo Venus.
El ruido era tal que, hasta podría jurar por sus anillos que se oía hasta el cinturón de kuiper.

Los gigantes de hielo fueron espectadores en primera fila del teatro dramático entre la joya y la aspiradora cósmica del sistema solar.

La mente humana era muy creativa al momento de dar apodos.

– Oye, Urano ¿Cómo vas con reconciliarte con tus lunas? Por si acaso te recuerdo que tienes mi apoyo moral.

– Gracias Neptuno... Pero, aún no logró que me perdonen y ¿Te acuerdas de lo qu...

– ¿Qué dices Guillermo? Ah, creo que tienes razón pero ¡No es necesario ser tan agresivo! En fin... Urano, eres un tonto, uno muy tonto y apestoso.

El nombrado quedó perplejo ante lo último dicho por su amigo ¿Qué tiene que ver eso con la propuesta anteriormente hecha?

– Se que soy un tonto y no hace falta que me lo digas Neptuno...

Su acompañante suelta una pequeña risa, a su lado orbitaba ese asteroide con rostro deforme mal pintado.

– Oh, Urano ¡Guillermo fue el que lo dijo!

Haste pendejo, su voz cantarina no cesaba en ningun momento.

Ambos amigos siguieron observando a los otros planetas anillados. Como si se tratase de una relación tóxica, se hacían daño para luego darse un apasionado consuelo mutuo, desde lejos se notaba que no era tan saludable.

– Nunca voy a entender a ese par más tóxico que Venus ¿Cómo es que pueden seguir así? Se tratan tan mal hasta llorar y luego... Solo lo arreglan con un abrazo y el ciclo de repite.

– Ay, Urano... El amor aveces duele.

– Pues que porquería es el amor, Neptuno.

De la sonrisa que tenía el de color más saturado cambia a una expresión divertida, vuelve a sonreír con alegría acercándose a su amigo, invadiendo su espacio personal en el proceso.

– Urano, yo te amo ¿Acaso mi amor es también una porquería?

– ¿Neptuno? Yo... Espera ¿A qué te refieres con...

– ¡Aún no terminó! Te amo, al igual que amo a Náyade, Talasa, Despina, Galatea, Larisa, Proteo, Nereida, Halimede, Sao, Laomedeia, Psámate, Neso, 2004 N 1 y ¿Cómo olvidar a Tritón? Los quiero a todos por igual.

Los planetas presentes escucharon unos repentinos chillidos de emoción proveniente de las lunas de Neptuno.

– Aww ¡Neptuno es muy bueno!

– Nos quiere mucho ¡Nosotros también queremos a Neptuno! ¿Verdad chicos?

Todas las lunas exepto Tritón aclamaban el nombre de su planeta.

El silencio se manifestó cuando la luna  Tritón se acercó al rostro de Neptuno, suspiró y le susurro algo al oído.

– Eres demasiado amable, demasiado ingenuo y muy boludo aveces... Pero eres nuestro bobo favorito.

Cerca de la zona ricitos de oro estaba Mercurio haciendo de compañía a la Tierra.

– Mercurio, estoy bien ¡Ya déjame ir a mi órbita en paz, tranquilo! Además no es para tanto lo que pasó...

– ¡¿Qué no es para... ¡Tierra! El Sol casi te lanza una llamarada solar, si no me interponía antes de, no quiero imaginar las consecuencias.

– Era necesario que hable con él, está situación no puede quedar así ¡Morir por una llamarada solar es poco a comparación de lo que les está pasando ahora mismo!

– ¿Pero te has puesto a pensar en lo desconsolado que estaría Astrobola si se enterará que de un momento a otro su planeta quedará como Venus o Marte?

El más bajo tenía cierta razón, Tierra lo sabía de antemano que no estaba para nada bien ¿Podrían culparlo? Apenas puede con la presión de billones de vidas sobre él, sumado a el dolor intenso que cubre como un manto su corteza.

Uno nunca puede razonar bien, tampoco mantenerse en sus principales cinco sentidos ante presión, mucho menos cuando a quien amas lo mantienen lejos de ti.

– Paso mucho tiempo y hasta ahora no me responden una simple pregunta...

– ¿Cuál pregunta Tier... Ah, creo que ya se a que te refieres.

Saturno estaba sonriendo para Júpiter,  ya había arreglado el malentendido y a su amigo le gusta ver su sonrisa ¿Por qué no complacerlo?

Según la perspectiva de Júpiter, la sonrisa de su acompañante era como ver un tesoro, un tesoro blanco y no valorado.

– ¡Saturno, Rea me quiere matar! Por favor, deja de hacer... ¿Qué están haciendo?

La luna de Tierra estaba anteriormente huyendo del satélite de Saturno, se detuvo al ver la cercanía de ambos planetas de gran tamaño, se entretuvo tanto tratando de descifrar el contexto que se olvidó por un momento quien estaba detrás de él.

– ¡Te tengo, ahora ponte en el altar porque te vas a casar!

– ¡No, soy muy joven y guapo para desposar a una luna!

Desde que Luna ya no está con Tierra a pasado más tiempo con las demás lunas. Él quería formar un vínculo más fuerte con todos ellos.

Por desgracia sus intenciones fueron malinterpretadas y ahora tendrá que casarse con todas las lunas del sistema solar para fortalecer ese vínculo.

– Esto es absurdo... ¡Saturno ayúdame, no me quiero casar!

– ¿Y quién será la próximo afortunada?

El anillado no le daba importancia, más bien la situación causaba risa cuando lo presenciaba.

Hasta el momento la pobre luna se vió obligado a ser casado con cinco de sus satélites en tan solo dos días.

Era un juego inocente, divertido para muchos y un infierno para quien tiene de diosa a Selene.