ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ nueve

579 48 26
                                    

𒆜𝑁ᴀʀʀᴀᴅᴏʀ𒆜

Tierra huyó de su órbita pasa adentrarse a la de Marte, no logró verlo por ninguna parte al momento de ingresar.

Estaba preocupado, no solo por sus terricolas y su integridad. Se encontraba alterado por su amigo al no hallarlo, pasó su mirada alrededor de la zona, hasta ubicarlo junto a Ganimedes.

No dudó en ir junto a su amigo y al satélite ajeno, al ir acercándose divisó a otra luna que le era bastante familiar.

—¡Marte, estoy aquí! Viejo, si supieras lo que Venus esta-...
–Dijo con confianza el planeta que albergaba vida, al estar lo suficientemente cerca notó que su amigo dejó de lado a la luna desconocida para atenderlo a él.

¿Con que yo soy viejo? Pues si yo soy eso, tú eres un abuelo.

— ¡Eres un...!

Ambos planetas hicieron una pequeña pelea un tanto infantil, parecían dos pequeños niños de primaria peleándose porque el otro sacó la lengua.

La luna de Júpiter tuvo que tomar al satélite para que no regresará al cinturón de asteroides. Se había sacrificado demasiado como para que por culpa de Marte todo volviera a lo mismo. El cuerpo denso de Luna no respondía a ningúna acción de su parte, trató de moverlo de un lado al otro para hacerlo despertar, sin tener algún resultado lo aventó cuidadosamente a su lado.

Pasaron las horas, ninguno se dignó a dirigirle la palabra hasta que les dió un gritó.

—Ganimedes ¿Cuando llegaste? No sabía que estabas aquí...
—Tierra estaba confundido, miraba extrañado a la luna amarilla por su actitud.

—¿Qué? ¡¿Acaso eres tan idiota?! ¡¿Cómo no te puedes dar cuenta de que tu jodida Luna... Literalmente, está jodida, está aquí?!

Esperaba un agradecimiento de parte del planeta, pero en cambio solo escuchó como Ti le daba las gracias de manera exagerada a Marte.

T-Tierra, no fué tan difícil, solo fuimos a buscarlo al oír un grito y lo ví... No es nec-...

—¡Claro que lo es! ¿Te enfrentaste a Ceres, tú solo para salvar a Luna? Ay, Marte... ¡Creo que te amo! Gracias, gracias, gracias ¡Gracias!

Ganimedes se sentía ofendido, el niño dorado de Júpiter, aquel que no le agradaba en lo absoluto, Tierra estaba dándole las gracias a Marte por su gran valentía al enfrentarse al planeta enano; Ceres. Si no fuera por él seguramente ese par estarían más tiesos que cadáver humano... Oh, espera, de hecho ¡Se hubieran convertido en polvo espacial si no fuera por él!

—Oh, Marte ¡Eres tan valiente! No puedo creer que te sacrificaras tanto por mi Luna ¿Cómo podría agradecerte, amigo?
–El planeta con vida decía mientras se acercaba a su compañero, su tono de voz era algo diferente a lo que normalmente era.

El satélite más grande no soportaba esa actitud del planeta rocoso, parecía más como una propuesta de coito a su opinión.

Ganimedes era el mal tercio con lo presentado, pero Astrobola se llevaba la peor parte, la situación era realmente incómoda para el terrícola. Por un momento parecía que nadie se acordaba que él estaba en la superficie de Marte.

—Eh, Tierra ¿A qué te refieres con esa pregunta tan...? ¡Sugerente!
–Hablaba nervioso y a la vez con una pizca de molestia, no podía evitar sentirse así, era como si vieras a tu madre coquetear con el vecino que te cae chinche, ante tus propios ojos, con todo el descaro existente.

Al menos el terrícola disminuyó la extraña tensión que se había formado, tornando todo en un silencio algo incómodo

—No, este... ¿Cómo decirlo? Ay, mejor olvídalo.
–Quizo darle una excusa al astronauta, pero no pudo con la vergüenza de la situación.

Ganimedes se había hartado, si no le reconocían su esfuerzo, en ese caso, entonces tendría que tomar otras medidas.
Sin decir nada agarró el cuerpo inmóvil de Luna para arrojarlo devuelta en el cinturón de asteroides, Marte sin dudarlo fue a por él antes de que se volviese a perder.

—¡Luna! Maldita sea... ¡Ganimedes eres un pedazo de-...! Ugh, me apuro.
—En lo que el de rojo se iba rápidamente a por la luna de la Tierra, se alcanzo oír el grito desesperado del astronauta.

—¡Otra vez no!
—Él que más sufría era Astrobola.

Ganimedes vió como se fueron, quedando a solas con Tierra.

—Creeme cuando te digo que no eres tú, Tierra, soy yo... ¿A quién mierda engaño? Eres tú y tu actitud del carajo que me está llevando a mi maldito límite.
–Se acercaba más a la Tierra con cada letra que pronunciaba, no quizo lastimar a los pequeños parásitos parlantes que tenía por humanos, así que no invadió su espacio personal por completo.

Dos segundos bastaron para estamparlo contra un asteroide, lo bueno era que la zona afectada fué en los países de estatus bajo, no serían una gran perdida.

—... A continuación vamos con un informe del clima de última hora.
—Dijo una periodista a la cámara, la transmisión en vivo mostraron lo perturbada que se encontraba por los casos caníbales que solo incrementaban. Sintió un alivió con la información de último minuto para poder distraerse un poco.

—Hola y bienvenidos a todos los televidentes... O lo que queda, ja ja... Bueno, como podrán observar en la frontera de entre Chile y Perú ¡Todo está que arde! Ni siquiera un aguardiente bien fría podrí-
—Hablaba el periodista hasta verse interrumpido por una bala en su cráneo.

—¡El pizco es peruano, imbécil!
—El hombre misterioso tomo el cadáver entre sus manos y le quitó el micrófono.
—En fin ¿Cómo iba? Ah, verdad... ¡Cambiaremos el reporte del clima por algo más interesante! Hoy le enseñaremos a preparar un caldo de gallina ¡Sin gallina!
—Detras del tipo se visualizaba como los árboles comenzaron a quemarse repentinamente, a la vez que llovía granizo.

Nota de la autora: Este capítulo no lo hize con intenciones de ofender a nadie, de hecho no lo tomen tan encerio, lo último fue un "chiste" que se me ocurrió al ver a un un extranjero diciendo que el pizco chileno es mejor que el peruano... Y luego le reventaron un botellazo de vino a la cabeza. Al final de todo, gracias por leer y quisiera decirles que ¡Adoró sus comentarios! Son lo único aparte de mis gatos y alcohol que me sacan una sonrisa.

The Most Beautiful Star [Cancelado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora