En serio no quiere levantarse, no hay razón para hacerlo, celebraciones como la de ayer duran días con o sin él, así que ¿Para que levantarse? Puede ser su primer día libre después de un par de meses siendo un rey joven atrapado en medio de una guerra, sin contar que es el novio secreto de su enemigo. JA. JA. JA.
Esto es estresante ¿ok?
Y luego estaba esa voz cálida y un dedo escamoso pinchando su mejilla suavemente para despertarlo ¿Cómo no hacerle caso y despertar?
--¿No deberías estar levantado ya?--
--Si tanto quieres echarme solo dímelo-- Su cuerpo rodó sobre la cama para alejarse. Claro que eso no iba a detener al tiburón, Foolish se acercó y empezó a repartir besos fugaces por sus mejillas, podía escuchar como su cola golpeaba el colchón felizmente. --No tengo ningún pendiente por hoy, espero no te aburras de mi-- susurró
--Imposible-- Foolish repartió más besos sobre sus pecas felizmente.
Adoraba la sonrisa de Foolish, dientes afilados y blancos dándole más brillo a su dorada y escamosa piel. Adoraba lo expresivo que era, con palabras torpes por no saber como expresarse bien o simples gestos involuntarios. Foolish es el ser más increíble y único que haya conocido.
Si hay alguien que lo esté escuchando y pueda cumplirle un deseo, solo pide que Foolish pueda ser parte de su vida por siempre.
Se quedaron al rededor de media hora "practicando" besos, ya estaban volviéndose unos expertos en eso, pero debían levantarse antes de la hora del desayuno sin que los reyes se dieran cuenta de que esperaron hasta que todos durmieran para escabullirse a la habitación de Foolish y dormir juntos.
Desayunaron junto a los reyes, entre una conversación agradable y cálida, demostrándole cuan bienvenido era, como si estuviera en su propio hogar. Sentía la calides descrita en los libros a la cual llamaban "tener un hogar" ¿Qué importa si son monstruos? Ellos le han demostrado más cariño que cualquier ser viviente entre las frías paredes de su castillo.
Paso toda la mañana junto a Foolish y sus amigos, todos intentaban intregarlo lo más posible al grupo. El siempre había estado alejado de personas de su edad así que le costaba seguirles el ritmo, pero igualmente ellos no lo alejaban o vieron de mala manera, más bien parecía que disfrutaban de su presencia.
Luego del almuerzo junto a los chicos, Foolish tomo su mano y lo guió fuera, lo cual agradecía ya que aunque disfruto estar con los amigos del tiburón, seguía din estar acostumbrado a tanto ruido.
Ambos caminaban tranquilamente en silencio, disfrutando de la brisa y la compañía mutua hasta que llegaron al jardín que Foolish le regalo pero que insiste en llamar el lugar especial de ambos.
--No sé lo suficiente de plantas y no quiero que tus rosas mueran-- Empezó con voz nerviosa el más alto --Así que pensé en que podrías enseñarme de jardinería para cuidar de ellas mientras tu no estas--
Le dijo lo básico, regarlas diario pero no demasiada agua, podar las hojas o rosas marchitas y cuidarlos de ciertos bichos que pueden ser una plaga. Foolish apunto todo en una pequeña libreta que tenía la costumbre se cargar por sus viejas "expediciones".
Le pareció tan tierno el como se esforzó por entender y apuntar todo. Juntos le dieron el mantenimiento necesario a las rosas y parece que su novio aprendió rápido como hacerse cargo.
Su novio.
No se acostumbra aunque haya pasado el tiempo suficiente para procesarlo, simplemente no lo cree. Casi tres años atrás él estaba maldiciendo su aburrida, estresante y solitaria vida y ahora tiene un novio, amigos, una familia, los monstruos son su familia.
ESTÁS LEYENDO
El Rey de la Oscuridad y su Esposo El Rey Monstruo FooligettaAU
Roman d'amourCreció oyendo el odio hacia los monstruos, sin embargo, eso solamente le daba curiosidad por ellos, y justo ahora, que no lleva ni una hora hablando con él, su curiosidad solo ha crecido. ¿Cómo logra ser tan divertido y tierno? Se supone que es un...