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Estaba cansada de escuchar una y otra vez las mismas quejas, los mismos comentarios e incluso las mismas acciones violentas que no solo provenían de una mujer.
A dónde fuera que estuviera, no importaba si fuese una pequeña tienda; nunca faltaba alguien que le arruinara su día con “ Yo estuve con Satoru Gojo ” o incluso llegando a simplemente insultarla.
Agradecía que no se dejaba intimidar fácilmente, agradecía que incluso su madre le había demostrado como defenderse.

Y ahí estaba ,llegando a casa con una expresión de pocos amigos; relajándose un poco al ver frente a su hogar el auto estacionado de uno de los asistentes.

—— Seguro los chicos están adentro —— Murmuró un poco, intentando estacionar su auto en el debido lugar.

De cierta forma le hacía hervir la sangre saber que satoru anteriormente jugaba con muchas mujeres, utilizando las para cualquier tipo de juego que simplemente le hacía satisfacerse a él y a nadie más, le intrigaba la idea de no saber si actualmente era capaz de hacerlo o no.
Imaginarse a su pareja con una persona extraña en la actualidad, tan solo pensar que aún seguía actuando de esa forma infantil que juró no hacerlo más; le hizo molestarse.

Tan enojada estaba que incluso ni siquiera se percató de la presencia de ijichi y su saludo que no llegó a ser correspondido por la rapidez y la forma tan brusca de abrir y cerrar la puerta.

Su molestía, inexplicablemente creció al ver a su pareja abrazando por encima del hombro a su estudiante; aquella chica que no hacía nada más que reírse en compañía de su profesor y amigo pelirosa, quién también estaba siendo abrazado por Gojo.
Quizas fueron sus emociones, la ira que sentía solo hizo que su expresión se viese completamente molesta.

—— ¡Oh! ¡Bienvenida a casa señorita T/N!

Tanto así que ni siquiera les devolvió el saludo a los menores. Aquellos que palidecieron y temblaron por verla molesta, matando los con la mirada; centrando se únicamente en Gojo.
Ni siquiera se molestó en dejar las cosas en su lugar, el hecho de lanzarlas al suelo y caminar a paso rápido a su habitación fue más que suficiente para notificar a satoru.

—— Su profesor está en problemas —— Murmuró el adulto; haciendo reír ligeramente a sus alumnos. Se levantó de su lugar y caminó hasta la habitación más cercana a la sala, aquella que comúnmente solían utilizarla para descansar a pesar de no ser su habitación principal.

Con cuidado la observó caminando por cualquier parte, aparentemente buscando alguna toalla y ropas. —— Está no es nuestra habitación T/N —— habló finalmente él; interponiendo se entre el marco de la puerta. —— Toda nuestra ropa está arriba.

—— Ya lo sé pedazo de mierda —— Gruñó molesta y en voz alta, asustando a los chicos al claramente escucharla. Ellos se miraron entre sí, nunca la habían escuchado y mucho menos habían sido testigos de ver cómo a su profesor le “ faltaban al respeto”.

Sin cuidado alguno pasó por encima de él, empujándolo al punto de conseguir ganarse un espacio y subir las escaleras de forma pesada.

La habitación se mantuvo en silencio, un silencio incómodo que no sabían cómo animar el ambiente.
Los menores miraron atentos a su profesor, aquel alto varón que se mantuvo en silencio y quieto; mala noticia, satoru Gojo se estaba enojando.

Se estremecieron al verlo girar hasta ellos y caminar, abriendo la puerta y llamar al nombre de ijichi; con una voz que confirmaba cuan molesto estaba.

¿Cómo pudo cambiar su voz habitual a una más grave y seria? Incluso megumi, quién había vivido con él en ese mismo hogar mucho tiempo; nunca lo vió de esa forma. —— Llévalos a la escuela. —— Fue lo último que escucharon al ellos hablarse por medio de mímica.

H O M E [ Satoru Gojo x Lectora ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora