El Poliamor.

Cap.3

Huir de los Vengadores era fácil, eso diría mi yo del pasado cuando los evitó por toda su vida, pero en este momento no, en este preciso momento diría que es malditamente difícil.

“—Agradecemos el apoyo que la gente nos da, al igual que su ayuda en la búsqueda de nuestra alma gemela — Anthony Stark sonríe a la cámara — De nuestra Bonnie Bennett, así que si tienen alguna información de su paradero comuníquense con mi asistente, Pepper Potts, gracias.”

¿Qué como habían conseguido mi nombre? Ese tipo era multimillonario, el conseguiría lo que el quisiera en cuestión de segundos, y el hecho de que me quiera a mi no me beneficiaba.

Suspiré mirándo el rostro de Stark, demonios, ese hombre es demasiado guapo para ser verdad, cómo no amarlo.

Salte en mi lugar cuando se escuchó un fuerte sonido fuera del edificio, no me dieron ni dos segundos de reaccionar cuando una explosión se hizo presente, había sido en las habitaciones de abajo, entonces no había llegado hasta acá.

Salí de la habitación viendo como todos corrían de un lado a otro, hasta que escuche un pitido, leve, pero ahí estaba, agudice mi oído, venía de mi habitación, carajo.

—¡Todos agachense! — grite tirando a una mujer al suelo, justo cuando explotó.

Mis oídos estaban zumbando, sentía sangre en mi nariz y orejas, me levanté ayudando a la otra mujer, todos empezaron a alterarse aún más.

Pero ésto había sido solo una advertencia, ¿de qué? Esa es la pregunta, pero nadie pone una bomba en un edificio y no la hace lo suficiente potente para que mueran las personas a su alrededor.

Mientras ayudaba a algunas personas que estaban lastimadas, se empezó a escuchar como varios helicópteros se acercaban, pero también un sonido que no tarde en reconocerlo.

—Merde — a lo lejos una ventana se rompió y esa voz apareció.

—Todos tranquilos, ha llegado su héroe favorito que vino a rescatarlos —su voz hizo que me dieran escalofríos, puede que por qué es grave, o porque me daba ansiedad que me viera y me reconociera.

Me aleje lo más que puede de ahí, ví la puerta que daba hacia las escaleras y decidí  entrar ahí al escuchar como se acercaba a dónde estaba yo.

Suspiré viendo la puerta y al darme vuelta me arrepentí de haber entrado ahí, intenté volver a abrir la puerta pero su mano la volvió a cerrar quedando muy cerca de mi rostro, lo miré mal sabiendo que lo hacía a propósito.

—¿No tienes a alguien más a quien molestar, Barton? — murmuré molesta al verme acorralada.

—Sabes, preciosa, no te conozco mucho, pero al ver que querías huir de Tony cuando escuchaste su voz me hizo pensar que podrías escaparte por aquí.

—Felicidades, Sherlock, resolviste el enigma — giré los ojos y me aleje de él lo más rápido que pude.

—Eres rápida, preciosa — sonríe con picardía pero luego su semblante se endurece confundiendo me — ¿Estás bien?

Se acerco a mi tocando mi frente, al tocarla solté un quejido de dolor dándome cuenta que me había golpeado en mi cabeza, cuando me escuchó se vió preocupado y molesto a la vez, de la nada, estaba siendo cargada por Clint como princesa.

—Ni se te ocurra Barton — le advertí al ver que me estaba llevando con Stark.

—Necesitas que te revisen preciosa, pero no te voy a dejar escapar está vez, no seas terca — me dió una sonrisa sincera y me hizo sentir mal por lo que iba a hacer.

—Perdóname Clint. — no le di tiempo de contestar y lo dormí haciendo que los dos cayeramos, acaricié su rostro y dejé un beso en su frente.

Fui directo a las escaleras y desaparecí justo cuando escuché como Stark encontraba a Barton desmayado, dí un suspiro pesado al ver mi situación, lo más probable es que me hallan querido matar a mi ya que no había nadie tan importante en ese hotel para que hicieran eso.

¿Por qué? Soy el alma gemela de los vengadores y ellos tienes muchos enemigos, o por el hecho de que tengo varias habilidades y pueden creerme peligrosa.

—Merde — maldije al darme cuenta que deje todas mis cosas en esa habitación y que ya no tenía más crema.

Ahora sí estoy perdida.