Capítulo 2 - Eres para mí

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Y yo sé
Que tienes miedo, y no es un buen momento para ti
Y para esto que nos viene sucediendo
Pero eres para mí
Me lo ha dicho el viento
Eres para mí
Lo oigo todo el tiempo


A Enzo le tomó cada gramo de su autocontrol el no abalanzarse sobre aquel omega de aroma embriagador. Sin darse cuenta había dado ya varios pasos en su dirección, casi pasando por delante de varios miembros del cast a los que aún no conocía.

–Enzo, es un placer tenerte entre nosotros – lo saludó la amable voz de Bayona. El alfa mayor era amable pero firme, y Enzo dudó de si se había dado cuenta de lo que acababa de suceder ante sus narices. Estaba seguro de que para el resto de personas en la sala había pasado completamente desapercibido, después de todo solo dos compañeros destinados podían reconocerse el uno al otro.

–El gusto es mío – correspondió amablemente, y se volteó para enfrentar al resto del cast, pero mirando fijamente al omega que tanto había llamado su atención– Mi nombre es Enzo Vogrincic, interpretaré a Numa Turcatti.

Enzo conoció a cada miembro del equipo, maravillado ante la diversidad. Olió fuertemente la amabilidad en Esteban Kukuriczka, el beta que hablaba con su omega;  olió el entusiasmo de Agustín Pardella, otro alfa como él, y también la travesura de los miembros más jóvenes, como Blas Polidori. Le cayeron bien, auguraban algo prometedor como grupo.

Entonces llegó el turno de conocer a su omega y su mundo se paró por unos segundos.

–Matías Recalt –se presentó su omega, ofreciéndole una mano más pequeña que las suyas para estrecharla– Interpreto a Roberto Canessa.

Sintió su alfa interior deslizarse dentro suyo ante la presencia de su omega, tomó la mano de Matías y en vez de estrecharla, la llevó a sus labios, depositando un suave beso en ella.

–Es un placer conocerte, chiquito.

Observó como la cara del omega pasaba por varios tonos de rojo al darse cuenta de lo que acababa de hacer Enzo. Matías retiró torpemente su mano, rojo hasta las orejas y oliendo a nervios, excitación, vergüenza.

–E-el placer es mío –casi susurró rápidamente el omega antes de retirarse a donde pudiese calmarse. Si permanecía en la sala todos acabarían por poder oler su agitación interna y no quería eso.

Nadie los había estado observando particularmente, todos enfrascados en conversaciones entre sí.

O al menos eso pensó Matías, demasiado preocupado por escapar como para dars cuenta de la mirada de otro alfa siguiéndolo.

***

Matías se encerró en el baño más cercano que encontró, casi hiperventilando. Eso no podía estar sucediéndole a él. No podía ser, aquel hombre desconocido no podía ser su alfa, se decía, pero su omega interior prácticamente ronroneaba recordando el roce de los labios del alfa contra su mano.

"Y ahora qué?" Pensó, frustrado, avergonzado. Él tenía novia, una hermosa beta, aunque durante el último año las cosas no habían ido muy bien y ella parecía tenerlo menos en cuenta. No podía traicionarla, él era un firme creyente de que los compañeros destinados eran una maldición. De que podía salir con una beta y que esta llenase todas sus necesidades.  Aunque no fuese verdad.

"Los compañeros destinados son una patraña" pensó lleno de dolor.No podía olvidar como su mamá casi se va con su padre al fallecer este hacía apenas dos meses. Habían sido compañeros desde que alcanzaron la edad legal, y qué quedaba ahora? Un vínculo del alma roto por la muerte de su papá. No, no podía hacerse eso a sí mismo.

No se condenaría, pensó lavándose la cara con agua fría.

Después de serenarse volvió a la sala y se mezcló con el grupo, evitando al al alfa. A su alfa.


***

Enzo vió a su omega salir despavorido, oliendo todo a nervios y sonrió.

La sonrisa le duró poco, se desvaneció de su rostro al percatarse de que otro alfa seguía con la mirada a su omega y su alfa interno casi gruñó. 

Cuando regresó su omega aún podía darse cuenta de como los ojos del otro alfa siguían fijos en Matías, casi como una provocación. Observó como Matías se mezclaba de a propósito con el grupo, volviendo donde Kuku. Cuando desvió la mirada al otro alfa, este le guiñó el ojo, confirmando su peor temor: no era el único interesado en el omega.

El otro alfa pasó de largo, y se mezcló con el cast, hablando casualmente aquí y allá, siempre sintiendo la mirada de Enzo bien clavada en la nuca. 

"Que gane el mejor" pensó antes de proceder a entablar conversación con el omega deseado.


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Algunas aclaraciones:

-Alfas y omegas pueden oler las emociones que desprenden, el olfato de los betas es algo más limitado.

-Los compañeros por destino comparten un vínculo de alma. Solo ellos pueden reconocerse el uno al otro como compañeros y pueden oler las emociones del otro casi como si fuesen las suyas propias. Para completarse el vínculo de alma, ambos deben morder las glándulas del contrario situadas en el cuello.

-Es difícil para los omegas estar en pareja con un beta o con otro omega. Habitualmente estos no pueden saciar sus necesidades físicas y emocionales. Aún así, existen los vínculos de alma entre parejas omega/omega, omega/beta, alfa/alfa y alfa/beta. No todos los compañeros destinados acaban siempre juntos.

Dicho esto: quién será el otro alfa mirando a Mati? :)

love song [Matienzo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora