Cap 9 El Emperador

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En los días que siguieron a la visita al equipo de Dan, las cosas en el Team Black se desarrollaban en tensa calma, Jaeckyung se había estado centrando por completo en el entrenamiento para su pelea por el campeonato de peso completo de Corea, y esto puso en evidencia el frágil estado de su hombro, al final de cada entrenamiento debía poner hielo sobre él y se vio forzado a tomar pastillas pues el dolor a veces era insoportable, en esos momentos le insistían que fuera al hospital, o que buscaran a otro fisioterapeuta, esto solo hacia que el mal humor del peleador se exacerbara, terminaba maldiciendo a quien lo sugiriera y saliendo del lugar donde estuvieran, completamente iracundo y después, era simplemente imposible volver a entablar conversación con él.

Namwook estaba realmente preocupado por esta situación, ya que aunque el peleador le jurara y per-jurara que estaba bien, que iba a ganar, no estaba tan seguro, Yosep también lo sabía, los golpes que antes hacia que retrocediera, ahora los podía aguantar o incluso hasta repeler durante los entrenamientos, ambos entrenadores solo intercambiaban miradas desconcertadas, no sabían que hacer.

Fue tanta la desesperación del entrenador que hasta había contactado a Dan, el cual respetuosa pero firmemente se negó a volver a ver, y ni pensar en volver a atender a Jaeckyung, así que Namwook estaba entre la espada y la pared, perder el campeonato significaría una bomba periodística que sabia Jaeckyung no iba a aguantar, y no solo eso tal vez también significaría la perdida de patrocinadores y después hasta algún retador por el campeonato mundial, y si ese también lo llegara a perder… seria el fin del emperador Joo Jaeckyung. Habían intentado razonar con él, sugerirle que pospusieran la pelea, que se tratara, pero lo único que se habían ganado era insultos por parte del peleador quien solo respondía que les iba a demostrar a todos que estaba mejor que nunca.

Jaeckyung estaba seguro de que iba a ganar, es decir, él era el “Emperador”, el mejor peleador de MMA que había tenido Corea y tenia un as bajo la manga, su superstición, él sabia que era imposible perder siempre y cuando haya cumplido con su ritual previo a cada pelea, así que una simple lesión en el hombro, no lo iba a detener, todos hacían un escandalo por algo que él ya tenía fríamente calculado, en todos sus años de peleador profesional, nunca le había fallado, y estaba seguro que esta vez seria igual.

Aún así, esa noche, tuvo que hacer uso de las pastillas, aunque no lo quisiera admitir, el dolor era demasiado fuerte como para solo ignorarlo, odiaba tomarse esas cosas, lo hacían sentirse fuera de sí, lo mareaban, tenían un efecto sedante demasiado fuerte pero era necesario, sobre todo cuando sintió una punzada dolorosa que lo hizo gruñir. Al poco tiempo de haberse tomado la pequeña pastilla, comenzó a sentir el estupor del sueño, el cuerpo pesado como plomo, la conciencia escapándosele poco a poco.

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- Señora Joo, señora *** lamento hacerlas venir a esta hora de la mañana, se que tienen otras ocupaciones, pero es la 3era vez que Jaeckyung y *** se pelean, necesitan poner orden con estos niños -. Decía el director de la escuela a las madres de ambos niños que estaban siendo reprendidos, el pequeño pelinegro tenía una gran gaza cubriéndole la ceja, aún se podían ver gotas de sangre que le habían manchado el cuello de la camisa, el otro muchachito igual de cabellos negros, un poco mas alto que él solo tenia el uniforme desarreglado y un par de arañazos en la cara. El pequeño Jaeckyung levanto su avergonzada mirada a su madre, que lo miraba con severidad, y decepción en su rostro, volvió a bajar los ojos mirando a sus pies.

Les preguntaron a los niños por qué había iniciado la pelea, el niño más grande se burló del pequeño Jaeckyung por que sus padres estaban divorciados, y que su padre trabajaba en una tienda de conveniencia y por eso era un perdedor, por que vivía solo con su mamá, y por eso no tenían dinero y eran pobres, el pequeño pelinegro se le había echado encima y tratado de golpearlo pero el otro al ser más grande lo había aventado contra un pupitre haciendo que se reventara la ceja y siguieron forcejeando hasta que una maestra intervino y ahora, ahí estaban las madres.

Away (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora