Capítulo 2 | Daño

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BAN

Después de ver a King durante un breve momento en la mañana confirme lo que ya era más que claro, me odia. Aún así no pude evitar sentir como mi interior hervía de celos al ver como iba tan tranquilo tomado de la mano de esa gigantona. Mierda, yo no tengo ningún derecho a meterme en su vida y él no está obligado a corresponderme, ahora lo sé.

Aun así me gustaría intentar disculparme una vez más con él, a pesar de que se que jamás volveremos a ser tan cercanos a como lo eramos antes, quiero que en verdad sepa que me arrepiento.

Me quedé en la taberna ayudando en la cocina, preparaba las órdenes de los clientes que llegaban durante el día, no vi a King por ningún lado en ese tiempo, supongo que es porque evita verme. La noche cayó y la gente comenzaba a retirarse del lugar conforme más tarde se hacía, hasta que por fin todos se retiraron del lugar.

—Muchas gracias por tu ayuda, Ban. —Dijo el capitán del otro lado de la barra dejando unos vasos vacíos. —¿Te quedaras o volverás a irte?

—Aún no lo sé, capitán.

Me quite el mandil que me había puesto para no ensuciarme mientras cocinaba. Lo primero que hice fue revisar el cuarto pero no lo encontré ahí, así que salí de la taberna en su búsqueda pero tan pronto como salí lo encontré. No muy lejos de la taberna estaba sentado en el césped, al parecer hablando con esa mascota rara verde que tiene, ni siquiera recuerdo el nombre y no importa.

Me acerque a dónde él estaba de manera lenta, pero el maldito perro me noto y ya estaba gruñendo hacia mi dirección. King se volteo a verme, ah... esa mirada. Se nota que no me quiere cerca por la manera en que parece matarme con la mirada, como advirtiéndome que no me acerque más, así que me detuve a cierta distancia de él.

—¿Qué quieres, maldito zorro?

Reí de manera amarga por el tono de desprecio con el que me hablo, ¿qué esperaba?

—Quiero disculparme.

—¿Crees que eso va a solucionar las cosas? ¿Qué yo voy a aceptar tus palabras tan fácil y el trauma desaparecerá?

—No, pero... —Suspire y trate de acercarme a él pero el maldito perro volvió a gruñir advirtiendome una vez más que si me acercaba me atacaría. —Solo quiero que sepas que de verdad me arrepiento de lo que hice... —Quería decir más y demostrarle que mi disculpa era sincera, pero no encontraba que más palabras decir, después de todo, ¿en serio podría perdonarme por lo que le hice?
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2 semanas atrás...
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Era de noche y el zorro no podía dormir, su mente traía a él pensamientos intrusivos que no quería. Intentaba alejarlos pensando en algo más pero martillaban su cabeza haciéndolo insoportable, no quería hacer caso a sus estúpidos pensamientos y la única solución para calmarse estaba acostado a un lado suyo, solo tenía que preguntar y aclarar las cosas.

—King... ¿Estas despierto? —Pregunto el zorro mientras miraba el techo algo inquieto.

—... Si —Respondió el hada mientras abrazaba fuerte su almohada chastiefol evitando tener todo tipo de acercamiento con él en la cama.

El silencio reino en la habitación tras varios segundos en los que ninguno de los dos se atrevió a continuar una conversación, las cosas se habian vuelto así de incómodas entre los dos en solo un par de días y Ban no entendía el por qué de tanta distancia entre ellos.

—¿Hice algo mal? —Se atrevió a preguntar el zorro después de un rato.

—No, Ban... tu no hiciste nada malo. —Ban no podía notar como el hada se aferraba con fuerza a su almohada tras escucharlo, sentía una pesadez en su corazón llena de culpa por a verlo hecho pensar así.

𝗣𝗿𝗼𝗺𝗲𝘀𝗮 𝗥𝗼𝘁𝗮 | ʙᴀɴɪɴɢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora