Un barco de la marina comenzaba a balancearse entre las olas del east blue mientras su "teniente" se paseaba de un lado a otro observando sus nuevas adquisiciones recién adquiridas en el mercado negro.
—Muy vieja—Dijo mirando a la persona delante de él—Escuálido —Dijo continuando con el que estaba al lado.
Frente a él se encontraban cuatro personas: una mujer anciana vestida con harapos y una mirada perdida y tres hombres jóvenes pero claramente en los huesos. Su piel estaba reseca y sus labios amoratados, no recordaban cuando había sido la última vez que sus labios habían rozado la cristalina agua y era mejor no pensar en la última vez que probaron bocado.
—¿Cómo pensáis inútiles que vamos a poder vender a esta gente en el mercado de esclavos?—Preguntó el marine.
Los hombres se encogieron de hombros ante los gritos de su superior y miraron con pena a las "nuevas adquisiciones" de su teniente. Ese hombre era horrible, uno de esos nobles a los que el gobierno ponía como superiores de personas que seguramente serían más fuertes que él pero que no tenían el mismo nombre que un niño noble malcriado. A la gente como él solo le gustaba el dinero, y eso era lo que en verdad le motivaba para hacer las cosas, el puro y sucio dinero. Y ahí estaban ellos, sin poder hacer nada en su contra, los tenía amenazados, si decían alguna palabra de sus artimañas y transacciones ilegales los acusaría de trata de esclavos a ellos porque no eran hijos de nadie, sus palabras exactas habían sido "¿A quién creerías tú? ¿Al hijo de un honorable noble como mi padre o a un don nadie posible hijo bastardo de un pirata?"
La respuesta era clara y por ello era más fácil callar y seguir las órdenes de ese ser que no podía calificarse como humano que morir a manos de aquellos a los que se habían unido para defender al inocente, aunque no sería bajo el mando de ese teniente loco, claro.
—Me habéis traído pura escoria ¿Cómo voy a competir con los fuertes esclavos que pueden suministrar otros traficantes?
—Lo sentimos señor—Dijeron los dos hombres.
—¿Lo sentís? ¡¿Lo sentís?!¡Estúpidos!—Gritó el teniente—Hace un año me trajisteis a una niña escuálida que solo me sirve para limpiar los rincones ¿Y ahora me traéis a esta vieja? Por lo menos la niña es una gran ladrona, pero ¿Qué pensáis que puedo hacer con la vieja?—Se giró para mirar a la anciana—¿Qué sabes hacer esclava?
—Limpiar y cocinar mi señor.
—Limpiar y cocinar ¡Limpiar y cocinar! ¡Solo limpiar y cocinar! Llevadla a la cocina con Brent que por lo menos no haya sido dinero malgastado. ¡Rápido!
—¡Sí señor!
Dos hombres se llevaron a la mujer a la cocina donde un hombre de piel color ébano y cabello blanco miraba a los recién llegados sin comprender qué ocurría exactamente y por qué invadían su cocina. Su rostro parecía cansado y los surcos de su rostro demostraban que la edad y el Sol del barco habían hecho mella en él.
—Son ordenes del teniente, desde ahora te ayudará en la cocina.
—Cada vez vamos a peor ¿no? ¿Ya no tiene suficiente con destruir vidas de jóvenes que tiene que traernos aquí a ancianas?
—Lo sé, cada día se supera—Dijo uno de los hombres irónicamente.
—Al menos usted señora podrá contarlo, otros no tienen tanta suerte en los calabozos.
—¡Señor Brent! ¡Señor Brent! Ya he pelado todas las patatas que me dij...
Una niña pequeña algo desgarbada, sucia y llena de harina hasta las raíces del cabello salió de la nada con un pela patatas en la mano, aunque cuando vio a sus nuevos acompañantes, se escondió tras la puerta por donde anteriormente había salido corriendo.
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El Loto azul
FanfictionEl mundo de la pequeña Lía se reducía a un barco de la marina en el que había vivido desde los 7 años como esclava de un corrupto teniente del gobierno que actuaba de traficante de esclavos a espaldas de la marina. A sus 10 años ocurrió un suceso qu...