Danmachi: Anhelo Dorado

Capitulo III -Revelacion inesperada

e….oe…..Ali….Cia…¡ALICIA!–.

Una gran gota de agua cayó sobre la cara de la hermosa hada, haciéndola despertar azarada del mundo. Se agarró en lo primero que estaba cerca de ella, su mejor amiga Anakitty, la recogió en sus brazos calmando la.

–Al fin despiertas–. Dijo un poco aliviada de que su amiga por fin despertará, Alicia miró a su alrededor y se dio cuenta de que ahora estaba en la enfermería de la familia Loki.

“¿Cómo llegué aquí?”.
Se preguntó ya un poco mejor. Buscando una respuesta volteo a mirar a su amiga, justo detrás de ella se dio cuenta que la princesa de los elfos. Riveria estaba parada con una mirada sería pero con un brillo de preocupación igual que una madre.

–¿Recuerdas lo que pasó?–. Pregunto Riveria en un tono calmado, Alicia asintió suavemente.

–¿Que fue lo último que viste antes de que te desmayaras?–  sin saberlo como o cuando, a la enfermería llegó el pallum apodado [Valiente] con una expresión molesta y sería mientras se recortada en la puerta con los brazos cruzados.

–Finn, ya hablamos de esto–. Riveria hizo sonar la parte baja de su báculo contra el suelo adelantándose al pallum antes de que esté volviera a hablar.  –De todos te vuelvo a preguntar, si ellos no verdad atacaron a Alicia ¿Que vas a hacer? No tienes la fuerza necesaria ni para acabar con una de las ejecutivas de Hera–.

–Y que quieres que haga ¿quedarme quieto así nada más Riveria?– reclamo Finn apretando los dientes.

–No me atacaron…–. Interviniendo en la escalada discusión que llevaban sus dos líderes de familia, Alicia habló captando la atención.
–Bell no me atacó, mucho menos Metería-san…..–.

Alicia se comenzó a poner roja de la vergüenza cosa que extraño a los demás.

Flashback

–Tu…¿Eres la novia de mi hijo?–.  La pregunta de la mujer mayor de cabello blanco saco de sus casillas y compostura a la pequeña y hermosa elfo.

Bell en la parte de atrás, se sorprendió del atrevimiento de su madre al preguntarle algo así a un elfo. Por lo que comenzó a caminar hacia ellas.

–¿Entonces…?–. Insistió metería.

–N-No… aún….no–.

Como si fuera la mayor noticia en su vida, los ojos azules de metería brillaron lo más que pudieron, no pudiendo contenerse.
Metería empezó a sacudir las manos de Alicia arriba a abajo mientras soltaba un chirrido de felicidad.

Bell detuvo su caminar y solo vio con una mueca, sin entender lo que pasaba entre ellas.

–¿Dime cuánto tiempo llevan conociéndose?–. Metería de alejó un poco más de Bell con Alicia pegada a ella, le preguntó entre un susurro suave, solo para que ellas dos lo escuchen.

–N-No mucho…

–ah…¿¡Como se conocieron!?–? Susurro esta vez más fuerte

–B-Bell me sal-salvo–.

–Jaaaaa ¡Siii! Como en los cuentos, el caballero salvando a la princesa!!–

Alicia se sonrojo al escuchar, en cierto modo, Bell la salvó de esa manera. Pero ella no lo había visto desde ese punto, hasta ahora. Y. La felicidad crecía a montones dentro de ella.

–Hmmm…

Alicia salió de sus pensamientos felices al escuchar un murmullo de Meteria. Al voltear hacia la mujer.

Metería miraba Alicia con una cara sería y pensativa, Meteria se señarro de Alicia unos metros y a ella se le hizo raro. Ya estaba acostumbrándose al tacto de su fu—
De la madre del chico que la salvó.