Las alternativas fueron dadas pero ignoradas.
Un inesperado acontecimiento marcó su destino.
Sexta sombra y una diosa.
Asesino y guerrera.
diosa y mortal.
La guerra por su mano se dará.
Y solo un lado triunfará.
Olimpo vs konoha.
El rayo contra el...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Athenea siempre tuvo ideas erróneas sobre muchas cosas, y no por que fuese ignorante en tales asuntos.
Si no por que, al igual que todos, siempre se enfoco en una mínima parte y la tomó como un todo.
Jusgo por los actos de pocos y no se enfoco en lo que había más allá.
Ella era arrogante, terca, y despiadada en muchas ocasiones.
Pero en el transcurso de vivir junto a Naruto, ella entendió, que el sol iluminaba más allá de lo que sus ojos veían.
De lo que ella pensaba, de que ella solo se enfocaba en un pequeño grano de arena, y no miraba la basta y hermosa playa que era el mundo a su alrededor.
Jusgo el mundo por los errores de sus familiares, corrupción, avaricia, lujuria, mentira, vicio, en fin.
Pero, aquí, le estaban mostrando que había más, bondad, amor, calidez, respeto, honor, y otra infinidad de emociones y valores.
Y todo eso en un solo hombre, un hombre, que apesar del tiempo, ganó un lugar especial en su mente y corazón, un hombre que en un solo accidente, demostró ser la luz que iluminó su mundo sin haber echo nada.
Athenea sonrio, Naruto iba más allá de lo que ella alguna vez entendió, un enigma, sabía que el cometió errores, pero eran errores inocentes, no fueron provocados por acciones de querer hacer el mal, sus equivocaciones siempre se dirigían por querer hacer el bien, para todo y todos.
Pasaron las semanas, y Naruto jamás mostró debilidad, jamás mostró maldad.
El era un hombre, y sabía que ella llamaba su atención, pero jamás hizo algo que la ofendiera o dañara, siempre la respeto y guardo su distancia.
Era respetuoso, atento a todo a su alrededor.
Athenea soltó una pequeña risa, se encontraba en el patio, tomando un poco de te.
Observaba el mundo alrededor de ella, era tan pacífico, tan acogedor, cálido y refrescante al mismo tiempo.
Su pequeña risa, fue provocada por el recuerdo de los pequeños accidentes que tuvo con naruto.
El vivir con un hombre fue una experiencia extraña, pero agradable.
Los hábitos de cada uno, crearon cierta incomodidad, pero se acomodaba poco a poco a ellos.
Athenea, cuando tomaba baño, jamás necesitaba cerrar las puertas, debido a que durante milenios, jamás vivió con nadie, y nadie podía entrar en sus templos en el olimpo, hogar de los dioses griegos.
Pero, sus hábitos, le trajeron un accidente con Naruto, ella se secaba en el baño, y el rubio sin querer entró al baño, con la intención de tomar un baño.
Cuando sus miradas se encontraron, athenea vio algo, curiosamente divertido, molesto, pero cálido al mismo tiempo.
Naruto se convirtió de aquel hombre seguro, confiado, altanero pero amable, a ser una pila de nervios y sonrojo.
