Soy Omega [Adaptación]

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Generar un ambiente amigable no fue tan difícil, sorprendentemente. Alfas y Omegas charlaron con fluidez sentados los cuatro en una mesa cerca del gran ventanal que mostraba los extensos pasillos del centro comercial y la gran fuente que se encontraba en el centro del lugar.

Para Christopher fue extraño, no lo iba a negar, era la primera vez que convivía con alguien más a parte de Erick, y que de paso, fueran Alfas. Pero no se sentía tenso, simplemente... tranquilo. No sentía aquella paranoia que hacía temblar su cuerpo o esas bocinas de alertas que taladraban su cabeza cada que salía de casa.

Se sentía bien y estaba feliz por eso, creía, que después de mucho tiempo de miedo hasta de su sombra por fin podría vivir como una persona normal, sin tantas preocupaciones o traumas.

— ¿Y qué hay de ustedes? — la voz de Erick  lo sacó de sus pensamientos, dejó de observar el ventanal como un completo loco y centró su mirada en las personas frente a él. —, no los vimos en el colegio.

Era cierto, ni siquiera se los chocaron por accidente en la cafetería, incluso De Jesús  quien estaba en su mismo salón no se presentó a clases. Christopher pensó, que después de la charla de Erick y Joel ayer ambos convivirían más pero hoy en el colegio no se los encontraron ni por pura suerte. Por su mente pasó la idea de que Joel se había olvidado de su charla o solo había pasado de ella, no quería creer eso del Alfa pero era una sospecha.

Joel frunció su nariz y la camarera que había pedido sus órdenes momentos antes regresó con dos bandejas en mano donde tenía los pequeños platos con porciones de pasteles y las bebidas, la beta era muy buena en lo que hacía, Christopher no podría imaginarse sosteniendo dos bandejas sin tropezar y caer como peso muerto al suelo.

Los cuatro presentes agradecieron a la chica y ella con una sonrisa cordial volvió a caminar en dirección a la cocina.

— Llegamos tarde y el rector nos tuvo haciendo sentadillas en la entrada — Pimentel bufó mientras jugaba con la pajilla de su bebida. —, y luego de eso el entrenador nos llamó para un circuito de entrenamiento ya que pasamos a la temporada de juegos, en teoría, hoy ha sido día de explotarnos los músculos.

Erick asintió divertido por su oración y Christopher trató de ocultar su sonrisa comiendo un pedazo de su pastel de chocolate con glaseado de fresa, el sabor dulce chocando levemente contra el amargo de la fresa le dió un pequeño escalofrío y su paladar cosquilleó haciéndolo retorcerse levemente en su sitio, una pequeña risa hizo que su mirada se elevara encontrando al Alfa de cabellos, ahora castaños, frente a él con una sonrisa pintada en su rostro que mostraba levemente sus dientes, elevó una ceja en su dirección burlón solamente para lograr que el Alfa girara su vista avergonzado.

Era tierna su forma de ser tímido.

Raro, me gusta.

— ¿Y porqué llegaron tarde? — se atrevió a preguntar, De Jesús agarró su batido de forma rápida ante esa pregunta y empezó a sorber a través de la pajilla ruidosamente.