Soy Omega [Adaptación]

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Las clases fueron tediosamente largas, inglés nunca le pareció tan desesperante como ese día, y más estando al lado de un Erick callado.

Erick nunca estaba callado, era como una alarma que jamás dejaba de sonar, aunque no era tan molesta como una. Estaba preocupado y asustado por lo que fuera que tuviera su mejor amigo, cada que lo veía de reojo este se encontraba mirando a la pizarra como si pudiera disparar balas de fuego a través de los ojos o observando el cuaderno como si esperara que desapareciera de la nada.

Nunca había visto a Erick así, y era una nueva situación que no sabía cómo manejar.

Cuando el timbre sonó volteó a ver al Alfa sentado en la fila contigua a la suya, De Jesús le señaló con la mirada a Erick y Christopher relamió sus labios ansioso antes de apuntarle la puerta del salón e inclinarse ligeramente para que el Alfa lograra escucharlo.

— Adelántate tú, iremos en unos minutos. — Zabdiel pareció entender la tensa situación al dar una segunda mirada al ojiverde, por lo que asintió y dejó su mochila sobre su carpeta para salir del salón con las manos escondidas en los bolsillos de su pantalón. Christopher lo observó alejarse y luego giró a ver a su mejor amigo que se encontraba terminando de guardar su libro.

Cuando este estuvo dentro cerró su mochila de golpe y se paró de su sitio caminando hasta la salida, abrió sus ojos sorprendido por su acción y saltó de su sitio para alcanzarlo.

— ¡Erick! — llamó. El ojiverde caminaba con postura recta y mirada filosa puesta al frente, generalmente caminaba así pero no con tanta tensión en su cuerpo, sus movimientos siempre eran seguros pero delicados, elegantes. No bruscos o reprimidos. — ¡Erick! — algunos estudiantes voltearon su mirada hacia él, tal vez un poco sorprendidos, es decir, es la primera vez que ellos logran escuchar su voz, nunca ha abierto la boca para hablar excepto con Erick y aún con él hablaba de forma baja.

Lo alcanzó a tiempo tomándolo de los hombros para evitar que avanzara más, lo giró para que lo observara y lo que vió pudo contra él. Erick mordía su labio inferior con tanta fuerza que este ya se encontraba ligeramente morado y su cuerpo se alzaba en pequeños espasmos cada tanto.

Cuando Erick se molestaba, hipaba. Era algo extraño pero, cada que Erick estaba molesto por algo le daba un repentino ataque de hipo, sin embargo no era muy grave, solo de vez en cuando. Pero ahora, su amigo ahogaba un "Hip" cada un segundo. Definitivamente él estaba enojado.

— Vamos al co- Hip medor, por la- Hip — sus manos de hicieron puños a su lado mientras más "Hip" soltaban sus labios. El Omega más bajo hipaba frustrado por no poder hablar debido a su situación.

Christopher asintió comprendiendo que ya no hablaría más para no perder la calma por no poder completar una oración correctamente. Ambos se dirigieron a la cafetería y Christopher busco disimuladamente con la mirada al dúo de Alfas de ayer. No fue tan difícil encontrarlos cuando Pimentel alzó la mano en sus direcciones, llamándolos.