Capitulo 7

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  — ¿Tienes alguna llave? —

Pregunto el azabache policia luego de haber tratado de girar un par de veses la perilla  de la puerta frente a el, que era la del departamento del pelirrosa.

— Oh si, toma —

Dijo Suguru mientras le daba una llave al otro pelinegro, llave la cuál era de aquel departamento. Dicho acto perturbo un poco al azabache detective y al peliplateado, una dudo creció en ambos, saber por qué el tenía la llave de aquel departamento, aún que más tarde le preguntarían. El trío entro cautelosamente mientras miraban cada lugar detenidamente observando hasta lo más mínimo.

Se dividieron para recorrer mejor aquel departamento, Satoru al dormitorio, Suguru a la cosina y baño, y Yuta quien estaría en la sala buscando a ver si encontraba algo.

Con Satoru no logro encontrar nada, excepto algunas hojas de 'exámenes' al parecer de un niño, Suguru tambien no encontro nada más que algunas cosas podridas al no estar en la nevera y finalmente con Yuta fue el mismo caso, tampoco encontro nada, y eso lo frustraba. Tras unos cuantos minutos Satoru volvió a la sala donde estaba Yuta, y se sentó en uno de los sillones.

— Esto es un asco... —

Soltó al no haber encontrado alguna pista del paradero del pelirrosa, Suguru apareció puerta de la cocina, apoyando su hombro en el marco de esta mientras resoplaba con cansancio.

— Yo buscaré por mi cuenta, si saben algo den la información, si yo se algo también se los diré —

Dijo mientras se encaminaba hacia la puerta principal.

— Cierren la puerta antes de irse —

Y sin más se marchó del lugar, con algo en mente, el encontraria a Yuuji.

Por el contrario Yuta y Satoru se quedaron unos cuantos minutos más antes de irse del lugar, Satoru también buscaría por su cuenta, así le cueste mucho, el lo encontraria, en cambio Yuta se veía preocupado, no sabía que hacer con exactitud.

————————¡♥!————————

Los meses pasaron volando, no sabía cuánto había pasado con exactitud, pero el calculaba que eran cuatro en total, era peculiar todo esto, faltaba poco para Navidad y el no sabía por qué se había metido a esa casa, por qué acepto el quedarse allí.

Solo quería huir un momento para luego si su corazón se lo pedia, el regresaria. Un pequeño "buenos días" se escuchó detrás suyo mientras cortaba unas últimas frutas y las ponía en unos tazones no tan grandes, para luego agregar algo de Yogurt.

— Buenos días Megumi —

Dijo tranquilamente mientras ponía aquellos tazones sobre la mesa, con unos vasos con jugo y las servilletas.

— ¿Hoy iremos por los adornos para el árbol? —

Pregunto aquel pequeño mirando alucin al pelirrosa frente a el, el cual soltó un pequeño suspiro y volvió su miraba al pequeño azabache. Se preguntaba si hoy Toji estaría en casa, recordo que desde mediados de noviembre el mencionado anteriormente no volvía a casa, pero no era tanto problema aquello.

Ya que anteriormente vio algunos comportamientos algo 'extraños' en el Fushiguro mayor, aún que no le dió mucha importancia al principio, cuando el pelinegro comenzó a ser un poco más ausente en casa se alarmó un poco, debido a la ausencia de este el no podía dejar la casa sola con el pequeño ahí, entonces decidió quedarse un poco más.

— Claro Gumi —

Respondió acariciando los cabellos azabaches del pequeño.

— ¡Bien! Voy con mi suéter —

Dijo alegremente, dirigiéndose a su habitación por su suéter, puesto a que el clima no era muy cálido actualmente.

Tras aquello y que el pequeño le haya traído una bufanda para el pelirrosa el cual agradeció aquel acto tan amable. Ambos subieron a un automóvil propiedad del padre del niño, era un lindo Audi q5 en color negro, fueron al centro comercial tranquilamente, solo comprarían algunos adornos y algo de comida, y volverían a casa. No era mucha cosa cierto. ¿Cierto?.

— Podemos llevar eso... —

Dijo el niño mientras señalaba unas galletas con formas de animalitos.

— ¿Mmh? Claro —

Afirmó para luego poner aquel empaque de esas dichosas galletas en el carrito de compras, y siguieron unos cuantos minutos así, poniendo cosas al carrito con total tranquilidad. En un momento pensó en que es lo que había sucedido con Satoru y Suguru, sus amigos, desde que Toji le solicito que viviera con el ya no había tenido contacto con aquellos hombres, había querido responder sus mensajes o llamadas, pero siempre ocuria algo en ese momento, tal vez era casualidad, aún que dejó de lado sus redes sociales y más cosas, al ya concentrarse en Megumi y Toji, devia admitir que el hombre constantemente le compraba cosas, y no lo dejaba salir.

Tal vez debería llamar al señor Fushiguro y decir que tenía que dejar su casa, pero eso le rompería el corazón a Megumi.

Pero también quería su cálido departamento.

Adoraba a Megumi, pero...

Pero nada...

Se quedaría un poco más por el.

¿Qué es lo peor qué puede pasar?

Exacto, eso haría, se quedaría un poco más en la casa de los Fushiguro.

Solo un poco más...

¿No?...

— Oye disculpa... —

Escucho una voz detrás suyo, se le había hecho algo conocida, pero no supo distinguir, así que se dio la vuelta para poder observar al mencionado.

— ¿Si? Dígam... —

Sus palabras callaron, y la sonrisa que iba a mostrar se desvaneció en cuestión de segundos al ver al dueño de la vos frente a el.







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