1- Un día común, o algo así.

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POV Camille

Miércoles, y en lo que queda de semana, debo asistir al Campo de Golf de la familia para poder supervisar todo lo de administración, ya que está en un viaje de negocios para reunirse con Jon Rahm y su equipo, campeón de Golf español, así lograr que la compañía de golf familiar sea uno de sus nuevos auspiciadores. Administrar por una semana el club es una tarea relativamente fácil porque siempre está todo organizado, solo hay que supervisar que lo planeado se cumpla. Además, en Francia siempre son las mismas personas que vienen, que ya conocen como funciona todo aquí, por eso me lo tomo con calma.

Luego de divagar por un buen tiempo sobre como será mi día, como lo organizaré para llegar a tiempo, dejar todo listo y poder salir para el cumpleaños de André, novio de mi mejor amiga, Sophie. Decido levantarme y desayunar en el buffet del club, así no me atraso y puedo volver a familiarizarme con los trabajadores, el campo y los clientes. Mientras le envío un mensaje de voz comentándole a Ethan, mi mejor amigo, que en la tarde viniera al club, y llegar juntos a la fiesta, busco el uniforme del club, que consiste en una camisa blanca con el logo de este, lo combino con un blazer negro y una falda de este mismo tono. Aparte en mi bolso llevo el cambio de ropa para la fiesta.

Llegando al Club me recibe en la entrada el asistente de mi padre, explicándome que hoy no tenía reuniones con el gruo de administracion, solo juntas individuales con agentes, que vendría un amigo de la familia y debo hacer la autorización administrativa para darle los beneficios de miembro sin serlo. Asiento dando pequeñas acotaciones con los pendientes del día que eran más que nada protocolares; como asistir al almuerzo con uno de los inversionistas, o estar en el buffet a las cuatro para hablar con un empresario interesado en organizar un evento en el campo.

—Muchas gracias Matt, cualquier inconveniente quiero que me avises, por más mínimo que sea, nada puede estar fuera de lo planificado ¿Entendido? —Matt solamente asiente anotando más cosas en su iPad mientras caminamos por el club hacia las oficinas. —Estaré en la mañana desayunando junto a los clientes, luego haré lo administrativo en la oficina de Clement y desde el almuerzo estaré en los pendientes que me dijiste, no es necesario que estés todo el día conmigo, como lo estás con mi padre. Con que puedas avisarme a tiempo si pasa algo, puedes tener autonomía de estar donde quieras, además tienes mi número llámame si es alguna urgencia.

—Entendido, Señorita Leroux, respecto al invitado amigo de la familia, ¿algo en específico que debamos tener? Para coordinarlo desde ya.

—Siendo sincera, no tenía conocimiento de que vendría alguien especial, y menos de quien sea, pero si fue anotado como amigo de la familia por mi padre, quiero alguien pendiente a todo lo que necesite, ideal si es el mejor calificado por los clientes. De todas formas lo llamaré para preguntar quién es y qué cosas se necesitan, te envío un mensaje con su respuesta.

Veo que Matt anota todo con sumo cuidado y eso me deja más tranquila, sé que ambos tendremos todo bajo control estos días. Dejo el bolso en la oficina que usaré durante esta semana para salir al buffet y pasar mi mañana con los clientes. Al llegar ya había personas preparándose para poder salir al campo a jugar, esperando que fueran las ocho. No pude evitar sentir nostalgia cuando me di cuenta de los años que llevaba sin jugar o siquiera ir al club, me prometí ir más seguido, volver a mi niñez yendo los fines de semana a jugar con mi padre, comenzaría de a poco, pero espero volver a este lugar que me trajo tantas alegrías. Sin querer, termine divagando en recuerdos de mi infancia y en automático sacaba lo que desayunaría.

—Mochaccino con crema sin azúcar, ¿no? —Cuando era mi turno de pedir en la barra una voz me saco de mis pensamientos, al reconocerla no pude evitar sonreír.

—Solo si tú invitas. —Respondí junto a una sonrisa, dándome la vuelta para poder mirarlo. El chico se acercó a la barra pidiendo un expreso para él, minutos después le entregaron ambos café, se volvió a acercar a mí, entregándome el mío. —François, muchas gracias chérie.

Hole in One - Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora