Capítulo 10

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Él le devolvió el beso ferozmente. Su lengua se lanzó a su boca, para saborear más de ella y satisfacer la creciente necesidad de su cuerpo por ella. Por el acalorado momento no podía identificar con exactitud si lo que palpitaba aceleradamente era el pulso de su corazón o su propia marca o ambos.

Más…

¿Ella sentiría lo mismo que él y por eso se había lanzado hacía él? ¿Eran sus propios pensamientos los que exigían más contacto? ¿Era otra conexión de sus marcas? No podía deducirlo.

Su creciente lujuria por el anhelado encuentro apenas estaba bajo control cuando se inclinó un poco más hacia ella apoyándose en la pared más cercana para que ella no tuviera que ponerse de puntillas. Sus manos recorrieron sus costados y se dirigieron a agarrar su cadera con codicia.

Más cerca…

Law usó ese agarre sobre Nami para atraerla firmemente contra él para poder sentir cada curva de su voluptuosa figura. Sus labios se tocaron y ella se encontró besándolo sin intenciones de separarse. Su suave rostro se rascó contra la barba incipiente que había crecido más en él en los últimos días y nunca había estado más feliz ante el contacto.

Era extrañamente delicioso, ella sabía a mandarinas, a mar y a algo ardiente, exclusivamente a Nami.

Más cerca, más…

Él mordió su regordete labio inferior, dejando que su lengua acariciara la costura de su boca y cuando ella le concedió el entusiasmado acceso la exploró con entusiasmo, mientras sus manos exploraban con caricias la suavidad de su cuerpo.

Ella maulló, encorvando aún más su cuerpo a él mientras intentaba tener un mejor acceso y control a su boca. Una mano acariciaba su cabello y la otra recorría los músculos de su espalda con fervor.

Más cerca…

Era el paraíso, era un sueño hecho realidad, era una dicha total. Desde hace tiempo, se había imaginado besándola tantas veces en tantos escenarios, que había perdido la cuenta. Incluso estaba seguro de haber logrado evitar soñar con algo demasiado perfecto junto a ella porque inevitablemente se sentiría decepcionado si alguna vez no tuviera el privilegio de solo besarla.

Pero qué equivocado había estado.

Ella era perfecta, los pequeños ruidos que hacía eran música para sus oídos mientras él la complacía con sus besos.

MÁS.

«Mierda».

Con ese último pensamiento deslizó su cuerpo a uno de sus brazos para sujetarla con más fuerza mientras que al otro lo levantó y enredó su mano en su largo cabello anaranjado, deslizándose con delicadeza provocando maullidos roncos en la navegante.

Pegaron sus cuerpos con la necesidad de fundirse uno al otro. Era el maldito cielo.

Cuando se separaron brevemente, ambos respiraban con dificultad, se encontraban con los ojos nublados y las pupilas dilatadas.

Para Law, lógicamente habían pasado no menos de cinco minutos pero el lento parpadeo de sus ojos castaños tratando de convencerlo de que se entregará nuevamente a lo que había deseado durante tanto tiempo, le hacía perder y dudar de su propia noción del tiempo. Porque si, lo había deseado demasiado tiempo como para negarlo en ese momento, gracias a sus cálidos labios despertó en él más emociones de las que quería admitir en voz alta.

Law en shock sucumbió al beso de Nami, no pudo evitarlo, si la vida le daba una pequeña oportunidad de disfrutar ese momento, lo haría.

Pero cuando inevitablemente su mente empieza a hundirse en la ansiedad por la batalla y volver a su maldita realidad recordando al enemigo cerca, una fuerte explosión repentina junto al derrumbe de las paredes a su lado, los vuelve a la realidad como un chapuzón de agua fría.

Solo es una marca (LawxNami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora