3. La historia de Rosé.

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Rosé llevaba una semana viviendo con la pelinegra, solía pasar mucho tiempo en la alberca, o jugando en los árboles, Lisa se sorprendía de que la rubia podría mantener la actuación infantil las 24 horas del día, y constantemente recordaba las palabras la Sorn "ten cuidado con la rubia, la niña de 4 años es buena, pero la mujer de 27, será tu perdici." Seguido del bam de su arma, ella no dejaba de preguntarse a qué se ¿refería con eso?

La pelinegra regresaba a su casa, había ido a supervisar una de sus empresas, para su molestia era una de las empresas pantalla en la que lavaba el dinero de las armas, le aburría fingir ser una empresaria, pero eso la había ayudado a que no pudieran levantar cargos en su contra, baja de su auto y se sorprende al ver a Jisoo en la entrada de su casa.

-¿Que haces ahí?- Pregunta Lisa.

-Esperándote, Rosie esta extraña, está vestida diferente, y dice que la llamemos Rosé.

-¿Que?- Lisa estaba perpleja al escuchar esas palabras.

-Lo que escuchaste, estaba bien pero en algún momento era una mujer diferente.

-Iré a verla.- La pelinegra sube las escaleras corriendo, cuando abre la puerta la palabra "perdición" resonaba en su cabeza, estaba la rubia sentada en el desván viendo por la ventana, su cabello rubio parecía brillar mas, al igual que sus ojos el color café miel, la veía diferente a como ya estaba acostumbrada.

-¿Rosé?- Pregunto Lisa al asomarse por la ventana y cuando sintió que era suficiente tiempo el qué pasó observándola.

-Si.- Responde seca y con una voz casi ronca.

-¿Que paso?- Pregunta Lisa.

-¿Que pasó con que?-Responde seca.

-Rosé estuviste una semana actuando como un bebe ¿y ahora estás como si nada?-Pregunta Lisa consternada.

-Si, estoy consciente de ello.- Responde casi apenada.

-¿Quieres explicarlo?-Dice la pelinegra viéndola.

-Estoy consciente de lo qué pasa, pero cuando estoy asustada vuelvo a mi, o muy feliz voy a mi lugar seguro.- Rosé que se había visto dura y segura poco a poco se hacía más y más pequeña.

-¿Quieres explicarlo?- La anima Lisa a continuar.

-Me vuelvo Rosie de 4 años, y hasta que me siento segura, hasta qué pasa mi momento de estrés, vuelvo a, vuelvo a la normalidad.- Dice Rosé titubeante.

-¿Es algo cómo estrés postraumático o algo así, te paso, o te hicieron algo cuando eras niña?-Pregunta Lisa.

-Si, pero no todos los casos son así.- Responde Rosé molesta.
-Cuando tenía 7 años, viajaba con mis papás, íbamos en carretera y llovía, una tormenta que no se había visto en años, un árbol cayó a la mitad del camino y provocó que una camioneta cambiara de carril bruscamente, se estampó contra nuestro auto, así quede huérfana, mis papás eran todo lo que tenía, pase mi infancia con tíos estrictos, con primos que me hacían sentir como el estorbo.- Reconoce Rosé triste.

-¿Y como terminaste en la casa Sorn? ¿porque ella te tenía en su mansión?-Lisa preguntaba sentándose en la cama, viendo a Rosé observándola detenidamente.

-Mis tíos me vendieron, o algo así, el trabajaba para Sorn y arruinó uno de los trabajos, y el le ofreció a su sobrina loca, se imaginó que sería más divertido tenerme, pero Rosie, es una niña que se siente vulnerable y solo quiere ser protegida, cuando llegaste, estaba aterrada y Sorn me cuidaba, ella me cuidaba bien, hasta que entraste disparando y matando a todos los que veías, ¿Porque no me mataste?- Pregunta Rosé con curiosidad viendo a la más alta, Lisa solo levanta los hombros.

-No lo se Rosé.- Solo dice Lisa.
-me agrado poder platicar contigo.- Reconoce Lisa caminando fuera de la habitación.
Rosé detiene a Lisa de la muñeca, la pelinegra voltea viéndola a los ojos.
De inmediato toma el rostro de la rubia abultando sus mejillas.
-Eres una ardillita hermosa.-Le dice Lisa y Rosé sonríe.

Lisa acerca sus labios a los de Rosé en un beso largo, mordisquea el labio inferior de la rubia provocando un leve gemido, Rosé pegaba su cadera contra la de la pelinegra ahora era a Lisa a la que se le escapó el gemido.

-Vamos a mi habitación.- Dice Lisa entre jadeos, mientras Rosé deja entrar su lengua en la boca de Lisa, que es bien recibida por la pelinegra.

-Vamos.- Responde Rosé, lisa la toma de la cintura y la levanta, la rubia enrosca sus piernas en la cadera de Lisa frotando sus sexos, camina hasta su habitación, deposita besos en la mandíbula de Rosé para luego bajar sus besos al cuello, y luego a los pechos de la rubia, Rosé baja sus manos al cinturón de Lisa lo desabrocha lentamente mientas sonríe maliciosamente, la pelinegra casi se siente torturada, mientras bajaba la cremallera de su pantalón Lisa invade con su lengua la boca de Rosé, y la rubia veía como el miembro salía erguido completamente la punta brillosa y enrojecida, Rosé lo toma en sus manos, de dedos aunque largos eran delgados que apenas lograba cubrirlo por completo, subía y bajaba, Lisa agradecía besando con mayor intensidad, y quitando la ropa que les estorbaba, al ver la desnudez del cuerpo de Rosé maldice, podría correrse de solo verla, toma su miembro y comienza a penetrarla lentamente ambas jadeaban Lisa entraba y salía rápidamente cada vez dando más fuertes estocadas, hasta que siente los espasmos del cuerpo de Rosé que le decían que había llegado al clímax disminuye la intensidad para alcanzar ella misma el orgasmo, deja caer su cuerpo desnudo en la cama para luego abrazarla sentir su cuerpo tibio pegado al suyo, ambas se quedan dormidas.

Mi pequeña ardillita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora