incomprensión

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A punto de ahogarme en la opresión de la sociedad, cada día se torna más asfixiante, sientes que la sociedad te sumerge más profundamente con cada día que pasa. El aire se vuelve escaso, pero la ayuda es una ilusión distante e inalcanzable, pues te observan con indiferencia. "Estás exagerando", "eres una mentirosa", "deja de fingir", son las acusaciones de un mundo indiferente ante mi angustia, resuenan como ecos hirientes en un mundo ignorante ante el dolor ajeno. Buscas alivio para ese fuego que quema con cada respiración, pero solo encuentras miradas que niegan tu angustia.

Pides a gritos ser escuchada, pero el eco de tu voz se pierde en la indiferencia de quienes te rodean. En este desamparo, buscas el consuelo de ser comprendida, pero las palabras despectivas caen como dagas afiladas. "No estás sola", una afirmación vacía que se desvanece en el silencio cómplice que envuelve tu sufrimiento. A gritos imploro comprensión, pero las palabras despectivas se convierten en una tormenta de desprecio. Prometen, pero las promesas vacías se desvanecen en el vacío que rodea mi dolor.

Y entonces, cuando la desesperación alcanza su punto más alto, cuando el peso del dolor parece insostenible, cuando la desesperanza alcanza su punto culminante, te preguntan con incredulidad: "¿Por qué lo hacias?", "¿Por qué elegiste esta salida?". Buscan motivos como si fueran detectives en una tragedia, sin aceptar que quizás la culpa radique en la ignorancia de no haber escuchado, de no haber brindado un consuelo real cuando más lo necesitabas. Buscan motivos en un crimen sin reconocer su propia complicidad en la tragedia.

Pero es difícil explicarlo, ¿cómo explicarles que solo buscabas ser escuchada, que implorabas por un gesto de empatía en un mundo que parecía sordo a tu dolor?¿Como hacerles entender que mi voz clamaba por empatía en un mundo ensordecedor? La trágica realidad es que la sociedad, en su insensibilidad, contribuye al abismo en el que te encuentras, y ahora, buscan respuestas sin aceptar que su falta de compasión fue el detonante. Pedir ser escuchada no debería ser un clamor en vano, pero aquí estamos, ahogados en un silencio que grita más fuerte que cualquier palabra. Pedir ser escuchada no debería ser un ruego, pero aquí estoy, ahogada en un silencio que grita más fuerte que cualquier palabra.

"Susurros de un Alma Desgastada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora