Los Angeles, Estados Unidos
16 De Octubre, 2021
Hace exactamente seis meses había decidido quedarme temporalmente en Los Ángeles para evitarme dinero en vuelos teniendo la oferta de mi amiga Aline para quedarme allí el tiempo que lo requiriera, y le tengo que agradecer bastante, estos últimos meses a parte de haber sido por el momento los mejores de mi carrera, han sido los más ajetreados y movidos.
Olie aunque me rogó para venir aquí conmigo me negué rotundamente, sus estudios, sus amigos, todo estaba en Mónaco, no podía quitarle eso solo porque ni me quería dejar sola con Aline, pero entre mis padres y mis tíos la logramos convencer, además necesitaba que alguien se encargara de la casa en Mónaco.
Aline había logrado convertirse en community manager de la revista "Vogue", por lo cual estaba tan emocionada como yo por ella, siempre ha sido una chica muy lista y segura de sí misma, sinceramente nunca dudé de que no lo lograría.
En este momento nos dirigíamos hacia una tienda de segunda mano que me encantaba, Aline solía decirme que le causaba gracia que con todo el dinero que ganaba al mes me la pasara comprando la mayoría de mi ropa aquí, pero mi respuesta después de reírme era que me gustaba mucho el ambiente allí, era mejor que en una tienda elegante con la mayoría señoras mayores que me miraban raro por llevar una blusa transparente, unos jeans desteñidos y unas converse un poco sucias.
Porque si, quizá sea una modelo del mismísimo Mónaco, pero prefiero mil veces ir cómoda a mis compras de dos horas que ir en vestido y tacones.
—¿Que buscamos el día de hoy, Señorita Sebastién?—preguntó con un tono de voz burlón mientras fingía tener un micrófono en sus manos
—Bueno, buscamos algo lo suficientemente cómodo y lindo para ir a una cena con la mejor community manager que la revista "Vogue" ha tenido en la historia de su carrera—dije siguiéndole el juego
—¡Hola chicas!, ¿que tal todo?—preguntó Grace, la gerente del lugar con una amplia sonrisa—¿Necesitan ayuda en algo?
Si, Aline también venía aquí conmigo, quizá un poco obligada por mi persona, pero aún así lo hacía
La primera vez que conocimos a Grace fue hace exactamente tres meses, cuando descubrimos este lugar tratando de escapar de unos cuantos fotógrafos que nos seguían desde que salimos de una cafetería en Hollywood Boulevard.
Nos encontramos la tienda luego de correr casi dos cuadras, habían dos policías en frente de esta, por lo que no dudamos menos de dos minutos en entrar, por nuestras caras preocupadas Grace se acercó a nosotras preocupada, al reconocerme se sorprendió y estaba a punto de hablarme cuando sintió un flash detrás de ella, y al parecer había entendido la situación, porque inmediatamente salió y les pidió a los oficiales que se llevaran a los ya cinco camarógrafos que iban torturándonos desde la última cuadra.
—Solo algo lindo y levemente elegante para ir a cenar—dije sonriendo—¿Y como van las cosas por aquí, buenas ventas?—pregunté colocando mi bolso en el pequeño mesón con blusas
—Demasiado, que la gente sepa que vienes aquí seguido nos ha incrementado más y más las ventas, aún te debo un gran agradecimiento a ti y a Aline—
Aline y yo le hacíamos publicidad a la tienda cada que podíamos, después de todo no mentíamos, los productos eran tan buenos cómo accesibles para todo el mundo, además de vez en cuando Grace nos hacía el favor de abrirnos la tienda solo para nosotras cuando necesitábamos ropa de último momento para algún viaje.
—Eso no es nada, Grace, tu mercancía es linda y de buena calidad, te lo decimos nosotras que literalmente vivimos de esto—bromeé causando una risa en las dos rubias que tenía al frente
