Los Ángeles, Estados Unidos
27 de octubre de 2021Los rayos de sol atravesaban la transparencia de las cortinas que ocultaban las ventanas de mi habitación.
Hoy Charles vendría de visita, hace poco menos de 16 horas que llegué desde Austin, habíamos pensado en regresar juntos, pero sería exhibirnos mucho, además de que no quería dejar solas a Aline y Olie, así que decidimos regresar por caminos separados.
Me levanto de mi largo sueño y tomo mi teléfono, Charles había viajado poco después de mi, así que decidí escribirle para preguntar cómo le iba.
Próxima, me gusta esa palabra.
—¡Amelie!—escuché un grito proveniente de la cocina, y luego de que el olor a humo llegara a mis fosas nasales, prácticamente corrí.
Al llegar me encontré con un pañuelo en llamas colgando de una de las ollas en la estufa.
—¡No te quedes viendo y ayúdame!—gritó desesperada
—¡Ya voy!—respondí riendo
Tomé uno de los cucharones, y con la punta de uno de ellos tiré el pañuelo al suelo y lo pisé hasta que la llama se apagó.
Un silencio se formó en todos los alrededores de la casa, hasta que Aline y yo cruzamos miradas y estallamos en risas
—Definitivamente la cocina no es lo mío—dijo riendo
—Debiste habérmelo dejado a mi—contesté llevándome la mano al estómago
—No quería despertarte—contestó mientras su risa disminuía
—No pasa nada—contesté de igual forma
—¿Aún te verás con Charles hoy?—preguntó cautelosamente
—Si, ¿porque, pasa algo?—
—No...Es solo que hace un rato llamaron de Nueva York, al parecer hay reunión de emergencia, sobre algo que ya no recuerdo y bueno, me puse a pensar si quizás quieras cambiar el lugar y que Charles venga, digo, no creo que deban exponerse tanto a ir a un restaurante, ¿sabes?, creo que se merecen privacidad, aunque sea ahora que lo están intentando—explicó rápidamente—No quiero que pienses que no quiero que estés con el, porque en verdad estoy muy feliz, ¡por ambos! De que PORFIN puedan tener ese momento que merecen—tomó un suspiro—Se que últimamente e estado quizá algo disgustada sobre todo el asunto de Charles, pero no quiero que vuelva a lastimarte, ¿sabes?, te quiero mucho Amelie, hemos sido amigas casi desde siempre, y te considero mi hermana y enserio, enserio, enserio...No quiero que te pase nada.
—Ay idiota, me has hecho llorar—dije con lágrimas en los ojos mientras abría mis brazos para atraparla entre ellos, haciéndola reír
—Perdón, solo quería que lo supieras—dijo riendo