UN ABISMO EN LLAMAS

𝑫𝒐𝒎𝒊𝒏𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒉𝒊𝒆𝒓𝒓𝒐

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Mientras el terreno me recibe con su camino de gravilla la tierra se levanta en polvo en cuanto mi camioneta entra al lugar,los portones del firing range son abiertos por mis hombres mientras me dan el paso,hastiado estaciono en la orilla antes de bajar. Descargo las cosas de la caja mientras guardo las llaves de la camioneta en el bolsillo de mi chaqueta, cambiando mis zapatos por los borsegos de cuero negro y mi pantalón por uno de nylon.
Aquí entreno a mis nuevos verdugos,y ejecuto a los enemigos. Tomo el chaleco antibalas y echo a andar al campo,recibo el rifle de aire comprimido de calibre 177. Mientras lo cargo mis hombres alistan a mi víctima, no dudo en pensar mucho,simplemente disparo en su pierna derecha y luego en la izquierda dejándolo manco,puedo oír a lo lejos sus súplicas, las misma que ignoro otorgándole un regalo en su entrepierna, sus chillidos de dolor son sonidos para mis oídos, el olor a hierro de la sangre cubre mis fosas nasales inundando el espacio que nos cubre,cuando sus sollozos son notables mis hombres quiénes acatan la orden,toman un barril de gasolina cuyo líquido cubre su cuerpo completo, sus gritos aturden,una palabra y considerenlo echo.

―Acabenlo. ―acato,mientras disfruto como su cuerpo se cubre en llamas,las misma que lo consumen infernalmente.

Tomo el rifle apuntando su cabeza,sus gritos se vuelven molestos,tomo aire uno..,dos..,tres.. ¡PAM! Bajo el rifle expulsado el aire,no merecía vivir un imbécil contratado por la CIA,callar para un mafioso es poner en juego tú vida,sin embargo no encontraría salida ni aportándole a uno,de una u otra forma terminaría incinerado.
Afirmado en un árbol prendo un cigarrillo observando cómo su cuerpo comienza a cabornizarce,expulsó el humo tomando el sobre de Desmond,sin embargo no lo abro,la tarde comienza a desaparecer bajo el horizonte, el cuerpo destrozado queda a la vista expulsando el olor a quemado.

―Señor,el cuerpo está listo para ser empacado para su paradero.

Le doy una última mirada antes de dar mis órdenes, será un buen regalo para la CIA, regalo de navidad anticipado.

―Ya saben qué tienen que hacer. ―señaló el cuerpo antes de quitarme los guantes de cuero .

Asiente,antes de llamar al resto para sacar el cuerpo y envolverlo en una bolsa,yo ya no tengo nada más que hacer aquí,la diversión a acabado,no pierdo el tiempo con mis victimas,aquí no existen fechas de vencimiento. Así cómo tampoco pertenezco a una puta hermandad de la bratva,mis juegos mis reglas...
Subo a la camioneta dónde observo vacilante el sobre entre mis dedos,la letra en cursiva está escrita en rojo y la palabra yace perfectamente intacta,sonrió internamente porque a pesar de qué no lo haya abierto su contenido se vuelve lascivo,recordandome que un demonio perverso qué busca satisfacer sus deseos determina sus reglas,aquéllas que pueden volverse una tentación consumida por su abismo,donde te hará arder en llamas cómo el mismo infierno. Sin embargo aparto mis pensamientos por está noche,encendiendo el motor el cuál ruge como un león intrépido, las ruedas se ponen en marcha tocando el asfalto negro,los árboles ocultan la zona sin permitirme el acceso a darle otro vistazo,mientras los autos iluminan la ruta con los faros que se esfuman al pasar...

En éste punto muerto es poco posible estar en el radar de una patrulla que sin duda comienza con el espectáculo de luces en medio del camino que divide el campo de la ciudad. Sin embargo empuño mi arma en caso de que esto llegue más lejos,sus manos comienzan a hacer seña para detenerme,sin otra opción mermó la velocidad hasta estar a su lado,sin duda no está sólo un policía gordo y estúpidamente de bajo estándar se encuentra sentado con una caja de donas y café en el portavasos,evito detallarlos yendo al punto.

―¿Pasa algo oficial?...

Pregunto ingenuamente cómo si no supiera él por qué del que estén aquí ahora.

―Todo se encuentra bajo control,no debe preocuparse..―já cómo si me importara ―me permite su identificación .

Apunta con su linterna dentro del vehículo