𝘾𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙁𝙤𝙪𝙧

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Nada. Eso era lo que había en aquel naufragio, nada. El oro no estaba. O se lo habían llevado, o se había enterrado, o nunca había existido.

Los cinco en ese barco estaban totalmente desconcertados, de tal forma que cada uno volvió a su hogar después de eso.

Estaban desilusionados, en la búsqueda del naufragio habían encontrado una meta, una pequeña razón para no rendirse respecto a lo de Big John.

Sophia caminaba tranquila por las calles de Figure Eight, preguntandose si debería hablar con Rafe respecto a lo que había sucedido hace unos cuantos días. Por más de que él no la buscó en ningún momento para pedirle disculpas y admitir su error, ella se sentía con el deber de hacerlo, después de todo, también se sentía culpable por los conflictos en su relación.

Despies de caminar varias cuadras, llegó a la mansión Cameron. Toco dos veces la puerta y esperó con paciencia a que esta se abriera. Se oía música en un volúmen bastante alto y voces, demasiadas.

— Oh, buenas noches, Sophia. Pasa, Rafe estaba muy ansioso por hablar contigo. — Topper abrió la puerta rápidamente, invitandola a pasar muy amable hacia adentro, aunque la amabilidad era lo que más tenía en falta aquel chico.

Desde lejos se notaba su estado deplorable, seguramente se había drogado y tomado de más, al saber eso su corazón sintió pena por él, después de todo era un adolescente de dieciséis que recién comenzaba su vida, sentía empatía por él, aunque sea una mala persona.

Se adentró al lugar y, para su no sorpresa, era una fiesta. Una total fiesta. Había luces, música, todo.

Después de saludar a varias personas finamente llegó al lugar donde estaba Rafe. Dudó en acercarse, pero lo hizo.

— ¿Te atreves a aparecer en mi casa, después de hacerme quedar en ridículo frente a toda la isla? — Preguntó el chico, sin voltear a verla, como si sintiera su presencia sin la necesidad de mirarla.

— ¿Podemos hablar? — Preguntó ella, acercándose. No le tenía miedo, era Rafe, simplemente no le iba a hacer daño, o bueno, eso creía.

— Vamos a mi habitación.

Los dos subieron lentamente, él porque no podía mantenerse demasiado estable y ella porque lo seguía.

— ¿Qué te sucede, Rafe? — Le preguntó la ojiazul, mirándolo, mientras se sentaba en la cama junto a él.

El chico se quedó callado.

— Tú no eres así, hace unos días me trataste como una mierda frente a todos. — Siguió la chica — Yo no puedo soportar eso, Rafe. No entiendo tu enojo.

— ¿Sabes porqué te trato así? — Habló él, con rabia en su voz, mientras se agarraba la cabeza y se acercaba a la ventana, para luego trabarla. — Porque eres una maldita puta que me engaña con un Pogue, desde hace meses. Intenté seguir como si no fuera así, pero lo es.

El tono y el asco en su voz era muy notorio, como también el odio en sus ojos.

— Rafe, puedo explicártelo. — Aseguró la chica nerviosa, algo le daba malas vibras de él, tenía un comportamiento muy extraño.

— No, Sophia. — Habló nuevamente el rubio. — Deberías haberlo pensado dos veces antes de hacerlo, no puedes jugar conmigo, no puedes tratarme como a un estúpido todo el tiempo. Soy tu maldito novio.

— ¿Qué harás? ¿Me obligarás a amarte? — Casi sin querer, soltó esas palabras con gran enojo, arrepintiendose al segundo.

— No, no lo haré. Me repugnas, Sophia. Las putas no me agradan. Menos las que no se acuestan con su novio pero sí con su mugroso amante. — Siguió el chico, cada vez con más rabia en su voz al ver las contestaviones de la adolescente.

Torn Love - 𝘖𝘶𝘵𝘦𝘳 𝘉𝘢𝘯𝘬𝘴 ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora