𝘾𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙁𝙞𝙫𝙚

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Sophia despertó a las diez y media de la mañana por culpa de un rubio que arrojaba piedras en su ventana, obligándola a abrirle.

— ¡JJ! ¿Sabes la hora que es? ¿No puedes tocar la puerta como una persona normal?

Mientras se alejaba de la ventana luego de gritar esas palabras, se preguntó cómo carajo había logrado salir tan rápido de la comisaría, pero bueno, después de todo era JJ, era un Pogue.

La chica bajó por las escaleras rápidamente, asegurándose de que Andrew no se encuentre en la casa, aunque era imposible que lo haga ya que a esa hora estaba trabajando en la gran empresa que dirigía. Al abrir la puerta, se encontró con un rubio totalmente golpeado, con un corte en el pómulo izquierdo, otro en el labio, y un par de pequeños hematomas bajo sus mejillas, y, aunque la noche anterior también lo estaba, no era nada comparado a eso.

— ¿¡Qué mier...?! — Exclamó, mientras lo veía con los ojos como platos y la boca ligeramente abierta. Un agudo sentimiento de preocupación se instaló en su corazón, impidiéndole reaccionar por un par de segundos.

— Tranquila, no es nada. — Esas fueron las primeras palabras del ojiazul, quien sonreía levemente y tenía un aire de despreocupación. — De todas formas soy como un superheroe, nadie puede matarme.

— JJ. — Lo retó Sophia, cuando al fin reaccionó. Abrió totalmente la puerta con gran disgusto en el rostro y habló nuevamente.— Pasa, te desinfectaré ese corte.

Rápidamente el chico hizo caso a la orden y se adentró en la casa.

— Siéntate en el sofá, ya traigo todo.

La ojiazul subió las escaleras apurada, mientras el rubio la seguía con la mirada.

Unos segundos después apareció con un pequeño botiquín que contenía gasas, banditas, alcohol etílico y otras cosas.

— ¿Le pondrás alcohol? — Preguntó con un tono bastante dudoso JJ, mientras la observaba con cierto miedo. La castaña rió aunque era lo que menos tenía ganas de hacer y levanto levemente los hombros en forma de negación.

— Es la única forma.

— Cuento hasta tres. — Siguió mientras colocaba el alcohol en un algodón. — Uno, dos....

Ni siquiera llegó a contar el tres que ya tenia el algodón en la herida del chico. Éste gritó como si lo estuvieran torturando al instante.

— ¡JJ! — Lo volvió a regañar la castaña. — Nunca vi a nadie quejarse tanto. De verdad.

El ojiazul al instante le pegó un suave golpe en la mano, haciendo que Sophia apoye el algodón en la herida completamente, sólo que esta vez a propósito.

— Auch.

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Sophia y JJ se encontraban en el Chateau, escondidos detrás de un pequeño granero de madera que estaba en el patio de este.

JJ había notado que un auto estaba vigilando la cabaña, y después de las fotos que había visto esa mañana, estaba muy alerta.

Eso hizo que Sophia también lo esté y que su corazón esté alterado la mayor parte del tiempo, si el rubio estaba preocupado era realmente algo grave.

Los dos estaban en un profundo silencio, cuando apareció una persona a sus espaldas.

La chica cortó su respiración.

Torn Love - 𝘖𝘶𝘵𝘦𝘳 𝘉𝘢𝘯𝘬𝘴 ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora