Capítulo V: De ese tipo de amor.

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-Está bien. ¿Qué se hace? ¿Digo "me declaro usuario maldito" en la academia o efectivamente debería matar a alguien?

Suguru se atoró con su saliva y comenzó a toser. No pensó que seria tan fácil. De hecho, lo más probable era que Satoru estuviera bromeando.

-¿Estás hablando en serio?

-Bueno, prefiero no matar a nadie. - le dijo Satoru a medida que peinaba el negro pelo de Suguru. Se escuchaba despreocupado, como si estuviera hablando de ir a comprar a la esquina.

Geto se zafo de su abrazo, abrió la ventana del auto y prendió un cigarrillo. "Si me dice que sí pero después decide volver, nos matarán a los dos. Y con lo caprichoso que es, no me extrañaría que quisiera irse al darse cuenta de lo distintas que son las cosas de este lado. Necesito que esté seguro".

-Satoru, si te conviertes en usuario maldito serás como yo. Te condenarán a muerte y tendrás que vivir entre las sombras.

El albino miró alrededor suyo. Estaban en un auto lujoso, en una de las ciudades más importantes del mundo y Suguru recién había estado en una sesión de fotos. Si eso era vivir en las sombras, a Satoru le parecían bastante más divertidas que su vida. Se puso las gafas y miró a su novio por debajo de ellas. El manipulador de maldiciones ya no lloraba y se veía de lo más tranquilo fumando. Endemoniadamente sexy, pero ni un ápice del lloriqueo anterior. "Este maldito siempre fue una bestia manipuladora. Me cansé.Yo también puedo serlo."

-Lo haré si nos vamos a Italia mañana mismo.

-No puedo hacer eso, mis chicas tienen que ir a la escuela.

-Vaya Suguru, sé que quedaste traumado con el desorden de los italianos, pero escuelas sí tienen. Supongo que lo que te molesta es que allá prefieren a nuestros amigos con cruces por encima de una diva en gojo kesa.

Geto se enrabió. "¿Quién se cree este pendejo que es?". Intentó empujar a Satoru con sus pies, pero el albino se los tomó con fuerza y se puso cada uno en un hombro. Agarró los tobillos de Suguru y este quedó de espaldas, con el brazo derecho atrapado debajo del manubrio. Se sintió patético, ¿desde cuándo Satoru podía ganarle en combate cuerpo a cuerpo?. Y el muy caprichoso efectivamente no iba a convertirse en usuario maldito. Había ido hasta su casa, donde estaban las chicas, solo porque su ansiedad no le permitía esperar un par de horas y encima no se tomaba nada en serio. No, Satoru nunca podía ponerse al nivel de los demás, porque él siempre iba a poder darse el lujo de zafarse de cualquier problema con una sonrisa y el poder que tenía por sobre todos los hechiceros. "Otra causa de estrés, Suguru. Tu novio sigue siendo igual de malcriado que a los 16 años."

-Así que no estabas hablando en serio, Satoru. Debí haberlo sabido. Suéltame, ¿quieres?

-Bueno, entonces no me paso a tu lado. Sí estaba hablando en serio, hasta que noté que tus lágrimas eran de cocodrilo. ¿Qué mierda, Suguru? Tú me buscaste.

-No, tú fuiste. ¡Te dije que me soltaras!

-¿Ah, sí? ¿Qué hacías en la puta estación?

-¡Estaba de compras, maldito egocéntrico! Argh, ¿desde cuándo eres tan fuerte? ¡Me estás cortando la circulación, bestia!

Satoru, haciendo caso omiso, le sacó una sandalia y se la tiró. Suguru la agarró en el aire con su mano libre y se la tiró de vuelta, pero Gojo la esquivó con su técnica. Apretó los pies de Geto con más fuerza.

-¡Me estás haciendo daño!

-¡Tú me dijiste que te esperara! ¡Después me escribiste, me llamaste, me fuiste a buscar a la escuela, me sedujiste con un dinosaurio, me pediste matrimonio y ahora me dices que me convierta en criminal! ¡Eres un acosador!

Malditos: SatoruxSuguru (SATOSUGU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora