𝗢𝗡𝗘

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El ruido proveniente del reloj que yacía incrustado en la pared como adorno era el suplicio de la mujer que llevaba el apellido Murphy, con los brazos cruzados y un semblante que solo dejaba lo enfurecida que estaba miraba a los pobres hombres de traje que solo estaban cumpliendo con su trabajo en el bufete de abogados.

―¡Sabía que sucedería esto!― soltó histérica ante la espera que le daba su esposo― Seguro está ocupado tirándose a alguna alumna.

―Señora Murphy― el hombre se detuvo de golpe al ver la expresión de la mujer.

―¿Señora Murphy? ¡Hasta hoy dejaré de ser la señora Murphy!― expresó― Abigahil Schulz, que no se le olvide mi nombre y apellido.

El hombre dudoso ante las palabras de aquella mujer miró a su colega buscando alguna respuesta y este solo se encogió de hombros, sin opción alguna se devolvió a la mujer― Señora Schulz, su esposo no demora en presentarse.

Una risa sarcástica por parte de Abigahil hizo que los hombres se vieran una vez más entre ellos, las horas avanzaban logrando que los presentes se preguntaran sí el criminólogo Murphy haría presencia en el lugar.

―Debido a la demora del señor― el viejo hombre se calló de golpe ante la abertura de la puerta dejando ver a la inminente y masculina figura que todos esperaban― Señor Murphy, tome asiento, por favor.

―Hagamos esto rápido― pronunció Murphy con su usual grave voz que lograba intimidar, para Abigahil era sinónimo de burla, poco respeto le estaba dando el hombre ante los años de unión entre ellos, Murphy tomó asiento en el puesto que le correspondía, aceptó el bolígrafo que le era otorgado y sin leer las letras dejadas en las hojas blancas firmó― Es todo, señores.

Abigahil imitó la misma acción sintiéndose liberada de lo que según ella era el infierno― Lo es, solo espero que te jodas muy pronto, Cillian― espetó levantándose y tomando su bolso de marca.

Cillian ante las palabras de la mujer se deshizo de la argolla de matrimonio dejándola encima de los papeles que recién había firmado― Desafortunadamente tu cara seguirá en el departamento, pero pronto pediré un cambio, no deseo trabajar en el mismo lugar que tú― confesó caminando hacía la puerta y a la vez abriéndola, una última mirada a la mujer que hace pocos minutos fue su esposa, y salió de allí.

En las afueras de Dublín yacía un sublime peligro que no respetaba hora, y para ello habían personas encargadas, proveedores de la justicia, ¿Qué tan cierto era la idea? Un lema estancado en cada pared de los entes de Justicia lograba convencer a cada ciudadano de un pacto pacífico, seguridad y la verdad ante todo.

El ruido de las sirenas anunciaba el hallazgo de un acto desvergonzado, tomando a los policías en descuido y viéndose en la obligación de llamar a los que estaban arriba de ellos.

―¿Quién está en peritaje?― preguntó Murphy visualizando la escena delante suyo― ¿Han llamado a los demás?

El policía que yacía al lado se encogió de hombros ante la primera pregunta― No lo recuerdo, Murphy. Y sin llamadas, solo esperábamos por usted.

―¿Qué está esperando? ¿Qué la escena esté contaminada?― luego de la pregunta Murphy le dió la espalda al simple policía, el camino a su camioneta fue corto.

Cillian Murphy era respetado debido al puesto exuberante que le había sido otorgado, año tras año subiendo hasta conseguir frutos deseados, pero, ¿Qué había detrás de aquel uniforme impecable y arma? Nunca se está suficientemente limpio para habitar el mundo de las leyes y menos donde se portaban armas.

Murphy caminaba por los pasillos del departamento de homicidio, al toparse con la puerta que buscaba sin tocar se adentró encontrándose con la encargada de la guardia en medicina forense.

―Bailey, pronto llegará tu visitante― comentó Murphy con un toque de burla― Es tu primera evaluación en nuestra sede, espero no tener algún inconveniente contigo.

La mencionada alzó su mirada y negó con una sonrisa a labios sellados― No existirá ninguno.

―¿Un café? La guardia es larga e interminable, lo amerita― dijo cruzándose de brazos.

―Un café, Murphy― repitió la forense acomodándose la bata que traía― Primera guardia, primer visitante.

En este mundo antes de estrechar tu mano con los rangos más altos y obtener por completo el título, pasabas por pruebas, que parecían interminables.




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𝗦𝗜𝗟𝗘𝗡𝗖𝗘 › 𝘊𝘪𝘭𝘭𝘪𝘢𝘯 𝘔𝘶𝘳𝘱𝘩𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora