𝟎𝟗

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EVA SE DESPERTÓ sintiendo que un peso al lado suyo, se removió un poco, negada a abrir los ojos ya que aún seguía con sueño

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EVA SE DESPERTÓ sintiendo que un peso al lado suyo, se removió un poco, negada a abrir los ojos ya que aún seguía con sueño.

Cuando vio que no podía volver a conciliar el sueño, abrió los ojos. Encontrándose con Feli dormido en una silla, con la cabeza apoyada justo al lado de su cuerpo; Vio sus manos, notando que estaban agarradas. Sonrió y le corrió unos mechones que caían por su cara.

Antes de despertarlo, para que luego no tenga dolor de espalda, Eva admiro las facciones de su amigo. Largas pestañas, un par de pecas sueltas y lunares.

―Veo que ya se despertó.―La enfermera entró a la habitación con un termómetro. ―Vino a la madrugada, se negó a irse así que lo dejamos que duerma acá.―Su mirada estaba fija en el chico.

―¿Estuvo durmiendo en esa silla solo para acompañarme?.―La pregunta era mas para si misma que para la mujer, la cual asintió y se acerco a la chica.

―Es su novio.―Eva se puso roja.―No debería esperar menos de el.―Le colocó el termómetro y toco su frente.

―No es mi novio Felipe.―Comenzó a hacerle caricias en el pelo.―Es mi amigo nada más.

La enfermera la miro y procedió a retirarle el termómetro.―Despártalo y cámbiate, ya te bajo la fiebre.―Eva asintió.―Si te mareas o te vuelve a pasar lo mismo volve, ¿Si?.

La pecosa asintió y le dio las gracias por haberla ayudado.―Feli levántate.―Seguía dandole caricias en el pelo.―Vamos que ya hay que irnos.

El chico se levantó desorientado, hasta que se encontró con los ojos de Eva, bostezo tapándose la boca con la mano que no estaba agarrando a la chica y se refregó los ojos.―¿Como te sentis Evita?.

―Estoy re bien Feli, ya me puedo ir.―El sonrió  y le revolvió el pelo.

―Entonces vamos a cambiarnos así te llevo a desayunar, ¿Queres?.―Eva asintió entusiasmada y separo sus manos para levantarse de la cama.














―Me preocupe mucho por vos. ―Se encontraban desayunando en un hermoso lugar.―En realidad todos, pero como te desmayaste en mis brazos me asusté.

Eva le dio una sonrisa tímida.―No te tendrías que haber preocupado tanto Pipe.―Empezó a jugar con su porción de torta.

Ambos se sumieron en un cómodo silencio, Feli admiraba a la chica cada vez que se le daba la oportunidad; En su cabeza, se preguntaba verdaderamente como iba a conquistarla, cuando llegase al hotel le preguntaría a Matias, el rey de los chamuyos.

―¿Vamos Pipe?.―Salió de su estado de ensoñación cuando Eva lo llamo, asintió y se paro a pedir la cuenta.―Ah ya pagué, estabas muy distraído y aproveche.―Levantó los hombros sonriendo inocentemente.

Antes de que Feli proteste ella le puso una mano en la boca.―Cállate y ni si te ocurra devolverme la plata.

―Cállame.―El chico hablo sin pensar.

𝐏𝐄𝐀𝐂𝐄; 𝗳𝗲𝗹𝗶𝗽𝗲 𝗼𝘁𝗮ñ𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora