𝟑𝟓

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AL DESPERTARSE, FELIPE SINTIÓ un vacío en sus brazos que hizo que abra los ojos

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AL DESPERTARSE, FELIPE SINTIÓ un vacío en sus brazos que hizo que abra los ojos.

Vio a Matias, Blas, Juani y sin sabes porqué, también estaba Agus Lain. Se levantó y busco por el baño para ver si lograba encontrar a su novia, pero ella no estaba en ningún lado.

Se acercó a la pequeña mesa que había y leyó una nota que estaba sobre esta.

"Me fui con Franchu a la playa porque dijo que iba a enseñarme como alinearme con el sol o algo así, vuelvo para la hora de almorzar. Teneles paciencia a los chicos, Matias dijo que siente como que somos sus papás así que no lo decepciones y trátalo bien"

Sonrió leyéndola, guardo el papel en su bolsillo y se obligó a si mismo recordar esa información que su novia le había brindado; necesitaba joder a su amigo con eso.

Decidió que iba a prepararse e ir a tomar un poco de aire, sin sus amigos todo era un poco más pacifico, porque nadie le estaba rompiendo las bolas.

Se lavo los dientes y se cambió en total silencio, agarró un poco de plata, sus llave y su gorra.

Estaba abriendo la puerta cuando escucho la voz ronca de Juani.―¿Donde te vas?.

―La concha de la lora forro.―Se dio vuelta llevándose la mano al pecho.

―¿Donde vas pipe?.

―A comprar.―Le contestó seco.―Dormite.

―¿Puedo ir con vos?.

―No, dormite.

―¿Pero acá que hago?. Están todos durmiendo .

―Hace lo mismo que ellos y dormí.―Se acercó a la puerta y la abrió.―Me seguís y te arranco rulo por rulo.

Juani bufo y se volvió a tirar para dormir, Felipe corroboró que el chico este acostado para irse.

Camino por las calles de Pinamar, frenó únicamente en una pequeña tienda de pulseras que le llamo mucho la atención.

Antes de entrar, tanteó sus pantalones para comprobar que llevaba un poco de plata con el, sonrió al darse cuenta que si y se adentró al lugar.

Pulseras, collares y tobilleras llenaban el lugar, aunque estaba lleno de cosas, todo parecía sumamente prolijo y ordenado.

―¿Necesitas ayuda?.―Una voz lo sacó de sus pensamientos, el se dio vuelta y se encontró con una señora mayor.

―Hola.―Le dió una pequeña sonrisa.―¿Tenes pulseras para compartir?.

La mujer le devolvió la sonrisa y se acercó.―Si mira, si es para alguna pareja tenes de este lado.―Estiró su dedo hacia una repisa chica.―Y por acá las de amigos.

―Es para mi novia.―Sonrió mostrando los dientes, amaba que todos supieran sobre su Eva.

―Entonces veni que buscamos alguna que le guste.―Feli asintió y dejó que la señora le mostrara todas las pulseras compartidas para novios que tenía.

𝐏𝐄𝐀𝐂𝐄; 𝗳𝗲𝗹𝗶𝗽𝗲 𝗼𝘁𝗮ñ𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora