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―¿VAN A TERMINAR?.―Mati estaba con su cabeza apoyada en el hombro de la chica, ella estaba un poco más calmada y necesitaba estar con sus amigos.
―No se.―La chica murmuró mientras jugaba con su ropa.
―Yo no quiero que terminen.―Hizo una mueca.
―A veces eso es lo necesario Matu.―Lanzó un suspiro .―No se que va a pasar con nosotros, todavía no hablamos.
―Feli esta mal, lo único que hace es mirar con cara de orto y hablar con Santi.―Mati sonrió.―Antes cuando se ponía así porque perdía river la única que lo podía bajar eras vos.
Eva dio una sonrisa muy chica.―Ya se va a calmar, dale su tiempo.
Estuvieron un rato más hablando hasta que Matias tuvo que ir junto a Agus Pardella a grabar la escena de la caminata, ahí la chica decidió ir a la pieza de sus amigos. Quería ir a abrazar a Fran un rato; los abrazos del rubio podían sanar hasta las peores heridas.
Tocó la puerta, deseando no encontrarse con Felipe. Por suerte, el universo estaba de su lado y el que abrió fue justo al chico que buscaba.
Apenas lo vio no dudo en abrazarlo, sintió como otra vez la realidad la golpeaba. Felipe era el primero en abrazarla cuando ella estaba mal o lloraba, no importaba que tan mínima sea la razón de su llanto, el buscaba la manera de levantarle el animo y hacerla sentir mejor.
―Vas a estar bien tesoro.―El mayor frotaba su espalda.―Ya va a pasar todo ¿Si?, llora tranquila.
Ni se había dado cuenta qué lagrimas empezaron a caer por sus ojos, dejó que Fran siguiera con las caricias y se permitió llorar una vez más.
―Veni.―Se levantó y le dio la mano para que ella haga lo mismo.―Vamos a lavarte la cara y tomar un poquito de fresquito.―Se dejó guiar por el hasta el baño, donde se mojó la cara.
Salieron afuera, Fran empezó a tararear una canción aleatoria y se sentaron un rato. Eva tenía su cabeza apoyada en las piernas del chico y el contrario peinaba su pelo con las manos.
Cerró los ojos, disfrutando la tranquilidad que le proporcionaba el chico.―Mira lo que esta viniendo Evita.―Abrió los ojos de vuelta, encontrándose con un gato negro que se acercaba rápido a ella.
―Que cosa más linda.―El felino empezó a frotarse contra las piernas de la chica.
―Dicen que los gatos negros son los que más sienten nuestra energía y como nos sentimos.―Sonrió viendo a su amiga jugar con el pequeño animal.―Debe haber sentido que estabas mal y vino a absorber tu energía mala para convertirla en buena.
