SMILE OF THE SUN

Capítulo 1: Un Encuentro Anhelado

El corazón de Alice latía con fuerza mientras miraba por la ventana del avión. La emoción y los nervios se entrelazaban en su pecho, creando un torbellino de sensaciones. ¿Qué pasaría cuando finalmente pusiera pie en tierra y se encontrara cara a cara con Leonardo?

Durante meses, habían construido su relación a través de mensajes, llamadas y fotos. Cada palabra intercambiada, cada risa compartida, había fortalecido el vínculo entre ellos. Pero ahora, frente a la posibilidad de conocerlo en persona, una mezcla de alegría y miedo se apoderaba de ella.

El avión aterrizó con un suave vaivén, y Alice se levantó con la ansiedad palpable en cada paso que daba por el pasillo. Al salir del avión, buscó con la mirada entre la multitud, hasta que sus ojos finalmente se posaron en él: Leonardo, de pie, con una sonrisa radiante que iluminaba su rostro y un ramo de flores en la mano extendida hacia ella.

El tiempo pareció detenerse cuando sus miradas se encontraron. Alice sintió como si el mundo entero desapareciera a su alrededor, dejando solo a ellos dos en una burbuja de emoción pura. Se acercaron el uno al otro, con pasos lentos pero seguros, hasta que finalmente estuvieron lo suficientemente cerca como para tocarse.

El primer roce de sus manos envió corrientes eléctricas por todo su cuerpo, y Alice sintió que el aire se cargaba con la energía de su conexión. Leonardo le ofreció el ramo de flores con una sonrisa tierna y expectante.

—Hola, Alice —dijo, con voz suave pero llena de emoción, mientras entregaba el ramo.

—Hola, Leonardo —respondió ella, con la voz apenas un susurro, tomando el ramo con manos temblorosas.

En ese momento, todo parecía perfecto. El mundo se desvanecía ante ellos, dejando solo espacio para su amor recién descubierto. Pero en el fondo de sus corazones, sabían que el camino hacia la felicidad no siempre sería fácil.

Por ahora, sin embargo, se aferraron el uno al otro con la esperanza de que, juntos, pudieran superar cualquier obstáculo que la vida les pusiera en el camino. Y así, con las manos entrelazadas, el corazón lleno de promesas y el aroma dulce de las flores perfumando el aire, comenzaron su viaje hacia un futuro lleno de posibilidades.