Jim y Neung se encontraron en el acogedor café, el aroma del café recién molido envolviendo la atmósfera mientras las dos mujeres compartían miradas cómplices. Jim saludó a Neung con un afecto que recordaba tiempos pasados y un profesionalismo que delineaba su nueva vida en finanzas.
"Neung, qué alegría verte después de tanto tiempo", expresó Jim con una sonrisa amistosa mientras le extendía la mano. "Has estado fuera por demasiado tiempo".
El rostro de Neung se iluminó con una mezcla de sorpresa y felicidad al ver a Jim tan afectuosa. "Jim, no has cambiado nada. Sigues siendo tan encantadora como siempre".
Jim, con su característico humor, comenzó a desenterrar recuerdos del pasado. "¿Recuerdas cuando siempre ibas en contra de la abuela? Eras toda una rebelde".
El comentario hizo sonreír a Neung, quien asintió. "Bueno, supongo que siempre fui una 'oveja negra' en la familia".
Jim continuó recordando los días de colegio, sus travesuras y cómo Neung nunca se dejaba amedrentar por la abuela. "Siempre admiré tu valentía, Neung. A pesar de tu ausencia en la vida de Sam, dejaste una huella imborrable".
La charla dio un giro hacia la galería de arte que Neung estaba planeando. Jim, con un brillo de entusiasmo en los ojos, elogió la iniciativa de Neung. "Es increíble lo que estás construyendo aquí. La rebelde del colegio ahora es una empresaria exitosa".
Neung, agradecida, le devolvió el cumplido a Jim por ser una gran madre para su hijo. "Vi fotos de tu hijo, Jim. Eres una increíble mamá. Deberías estar muy orgullosa".
Jim aceptó las palabras con gratitud, pero rápidamente desvió la conversación hacia la posibilidad de colaborar en la galería. "Neung, quiero ayudarte en esto. Nosotras dos siempre fuimos un gran equipo. ¿Qué dices de volver a vernos para discutir más a fondo sobre la galería?"
La semana siguiente, Jim visitó la galería. La atmósfera estaba cargada de emoción mientras recorría el espacio, admirando las obras de arte. Jim, impresionada, elogió a Neung por su buen gusto y visión.
En un momento de diversión, Jim se detuvo frente a una pintura abstracta y miró a Neung con una sonrisa sarcástica. "¿Cuándo harás un cuadro para mí, Neung? Seguro que sería algo... interesante".
Ambas mujeres rieron, sumergiéndose en el cálido resurgimiento de su amistad y colaboración. El segundo capítulo cerró con la promesa de más encuentros y risas compartidas mientras el pasado y el presente se entrelazaban en la galería de arte llena de emociones .
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"Caminos Cruzados , La Capitana y la Pintora"
JugendliteraturEl Romance de la Capitana y la Pintora', Jim y Neung, apodada cariñosamente 'la Capitana', se reencuentran después de años separadas. Su historia de amor se originó en los pasillos de su colegio, donde compartieron risas, secretos y un primer beso q...