Bailando con las Estrellas

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CAPITULO 30

Niall PDV

-será mejor que ya nos vayamos, se nos hará tarde para tu sorpresa.-dije tratando que Destiny se subiera al auto por décima vez.

-ya te dije que no me subiré hasta que me digas a donde iremos.-dijo la hermosa chica que estaba frente a mí.

-yo ya te repetí doscientas ochenta y tres veces que no te revelare el lugar, solo sube, o ¿no confías en mí?-sabía que ella subiría tarde o temprano.

-sabes que sí, pero es que… ¡agh! Esta vez tú ganas leprechaun.-dijo y se subió al auto sin decir ni una palabra más.

-amo como discutes conmigo ¿sabías?-le dije, es que se ve tan tierna cuando habla.

-no, no lo sabía, pero es bueno que me lo digas.-dijo y me tomo de la mano que tenía libre.

Me estacione en una gasolinera a mitad del camino. Tenía que vendarle los ojos si quería que todo fuese sorpresa.

-no es justo, me da miedo la oscuridad.-dijo dejando que le amarrara el listón azul que había conseguido. Azul porque descubrí que es su color favorito.

-no te preocupes, yo te cuidare, además es solo por unos minutos.-dije y deposite un beso en sus labios.

-qué alivio.-dijo sarcásticamente y ambos reímos.-no es cierto, sabes que te amo y confió en ti.-dijo la castaña y sacudió mi cabello.

Unos minutos más tarde, llegamos al lugar de la cita.

Era un puerto. Ahí tomaríamos un barco y cenaríamos.

-¿ya puedo quitarme la venda?-preguntó.

-no, aún no, pero si esto te consuela, ya estamos llegando.-le dije y seguí guiándola, ya que temía que tropezará.

-gracias a Dios, ya no aguanto más con esta cosa, creo que me pone nerviosa.-dijo ella terminando con una pequeña sonrisa.

Se veía hermosa con la luz de la luna.

Me reí, su comentario era un tanto quejumbroso. Ella no acostumbraba a quejarse, pero me daba risa cuando lo hacía.

Llegamos a la pequeña embarcación y le quite la venda.

Abrió los ojos lentamente, y esto le daba un poco de dramatismo a la situación.

-¿tú hiciste esto?-pregunto ella asombrada. Yo solo asentí.- ¿ya te he dicho que eres el mejor novio del mundo?-añadió abrasándome.

-sí, pero repítelo cuantas veces quieras.-dije y la ayude a subir al barco.

Salude al capitán y este hizo lo que hace un rato le había explicado.

Se me había ocurrido que sería asombroso si fuéramos a Hawaii de noche, pero revise el mapa, y Hawaii quedaba muy lejos, así es que solo iremos a Isla Mujeres.

-Eres fantástico, en verdad que me has sorprendido, no esperaba esto.-dijo Des y empezó a comer lo que el mesero nos había servido. Si no me equivoco  era polo a la momia, el favorito de ella.

-y aún hay mas.-dije casi en un susurro mientras masticaba.

-¿hay más? No quiero que gastes tu dinero.-dijo un poco preocupada.

-no te preocupes cariño, valen la pena los resultados.-le dije guiñándole un ojo. Me encanta gastarme el dinero si a ella la sorprendo, le saco una sonrisa, le hago feliz y la novia más feliz del lugar.

-gracias.-dijo sonriendo de oreja a oreja.

Pasaron acerca de cuarenta minutos y llegamos a la dichosa isla.

-llegamos señorita.-dije y la tome de la mano.

-gracias caballero.-contesto y nos echamos a reír juntos.

Le di al chofer las gracias, y que nos esperara una hora.

Caminamos por la orilla y platicamos de todo. Recordamos una que otra cita, y reímos mucho.

Regresamos a tiempo al barco y de nuevo subimos.

De regreso, puse música en mi iPod y nos pudimos los audífonos.

Nos recostamos en un camastro que había por ahí y miramos las estrellas hasta que empezó la canción de “Marry You” de Bruno Mars y le pedí que bailáramos.

Se termino la canción, y escogí la siguiente.

Elegí “That Girl” de Justin Timberlake y conecté el dispositivo a unas bocinas portátiles que había asegurado desde el hotel.

-I’m in love with that girl, so don’t be mad at me.-le cantaba en el oído.

Sentía cada vez que a ella se le erizaba la piel.

Se terminó la canción y ella escogió la siguiente. “The Lucky One” de Taylor Swift.

La canción estaba hecha a nuestra medida.

-¿Taylor Swift la ha hecho para nosotros?-pregunte haciéndola reír.

-no, no lo creo.-dijo y se levantó de puntitas para besarme tímidamente.

-ahora entiendo la sensación de la que me platicaban los chicos cuando me hablaban sobre el amor hace un año.-dije y ella se sonrojo.

-difícil de creer cierto.-dijo y asentí.

-Des, sé que aun somos jóvenes, pero, ¿Te imaginas nuestra boda? ¿Lo guapos que nos vamos a ver?-le pregunte mirándola a los ojos y le brillaron los ojos, pero con la segunda pregunta sonrió.

-sí, ya lo he imaginado, y tú te ves guapísimo vestido de traje.-dijo y me encantaba la manera tan fácil con la que me hacía sonrojar.

-nuestros hijos serían muy tiernos.-le dije y se terminó la canción. Agradecí eso, porque ya me había cansado de bailar.

Nos sentamos en un escalón y seguimos platicando sobre el futuro.

-yo quiero una mascota, tal vez un perrito, o un conejo.

-me gustan más los perritos, tal vez un pastor alemán.-le dije y ella se veía tan feliz.

-ok, pero con la condición que se llame Max.-dijo y asentí.

-nuestra primer hija se llamará Roselyn Marie.-dije.

-acepto, pero nuestro primer hijo se llamara Robert James, y le podremos decir Robbie.-dijo y acepte.

-trato hecho.-le dije y la bese calmadamente.

Llegamos cinco minutos más tarde y le agradecí de nuevo al chofer y conduje hasta el hotel.

Miramos la hora y ya pasaban de las 12 de la medianoche.

Nos pusimos la pijama y nos metimos en la cama, ya era muy tarde.

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