Interludio II: Amor y Responsabilidad

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(FLASHBACK)

Hace 19 años...

Mientras escuchaba atentamente a Gai, mi esposo, el amor de mi vida y padre del hijo que espero, quejarse sin parar de la decisión que mi suegro, su padre, tomo con respeto a mandarlos lejos de Ciudad Domino para dirigir secciones de la empresa como prueba para ver quien lo heredara.

Estábamos en la sala de nuestra casa. Aunque tuvimos la opción de vivir en la mansión familiar con el resto de la familia, nos negamos ya que queríamos nuestro propio espacio, un lugar para nosotros. Compramos una casa de dos pisos en el Este de la ciudad. Aunque la casa podía considerarse grande hasta para dos personas, la compramos con la idea de tener una familia. La familia que pronto serían.

Hace solo dos horas habíamos ido con el doctor a revisar el estado de salud del bebé que crecía en mi antes que Gai tuviera que irse porque su padre lo llamo. Aunque le insistí en que fuera, él se negó a dejar que me fuera sola a casa, lo que hizo rodar mis ojos pero termine aceptando.

Amo a mi esposo, pero a veces es un poco idiota. Estoy embarazada, no enferma. La panza no ha crecido tanto como para que no pueda defenderme.

Los resultados fueron positivos, aunque aun era temprano para saber el sexo del bebé. Gai quería que fuera sorpresa, pero yo quería saberlo pronto para así decidir como decorar su habitación y hacer más fácil la elección de ropa y juguetes.

Lo escuche suspirar fuertemente antes de sentarse a mi lado en el sofá. Podía ver la tensión en sus hombros, así que me deslice por los asientos hasta apoyarme en su hombro y puse mi mano sobre su rodilla. Eso siempre ayudaba para calmarlo. Sentí como me envolvía los hombros con su brazo me daba un beso en el pelo, lo que me indico que funciono.

Tras unos segundos de silencio para que se calmara, hable. -Tienes que ir-.

Sentí su renuencia en como me apretó más cerca de él mientras su otra mano iba hasta mi vientre que ya un poco abultado, acariciándolo.

-Si esa sede cae en bancarrota, afectara toda la compañía, lo que sería un problema a largo que plazo que pondría mucha presión en tu padre. Hasta los ejecutivos de su compañía podrían aprovecharlo para tomar el control-.

-Lo se. Lo se, es solo... no quiero irme- admitió Gai. -Si esto hubiera pasado hace unos tres meses, no tendría tantos problemas; pero ahora no yo... no puedo dejarlos así-.

-¿No puedes o no quieres?-.

-Ambas-.

Nos movimos encima del sofá, acomodándonos de tal modo que yo estaba sentada en su regazo con las piernas a un lado y él me abrazaba. No lo había dicho, pero me gustaba esta postura, más aun desde que nos enteramos que estoy embarazada, ya que así él puede acariciar mi vientre de una manera tan tierna que me encanta.

Hace años, nunca me imagine que aquel chico demasiado entusiasta de los duelos al que derrote se terminaría volviendo la persona más importante para mi. La vida tiene una divertida forma de unir a las personas. Si alguien me preguntara como paso, podría decirse que fue amor al primer duelo.

-Yo tampoco quiero que te vayas...- confesé. -Pero tienes que hacerlo- alce la cabeza y vi sus ojos. Sus hermosas pupilas café eran hipnotizantes. Aunque no era el color de ojos más raro, le gustaba. -Mi madre se mudara para hacerme compañía, y sabes que nuestros "amigos" están siempre conmigo- puse mi mano contra su mejilla. -Estaré bien. Estaremos bien- le aseguro. -Sabes que no soy una mujer débil y este bebé es fuerte como su madre-.

5Ds: Vínculos de Dragones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora