Capitulo 3

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Kim Seokjin
1 de Agosto.

Durante las últimas semanas estuve desarrollando un plan estratégico para mejorar el perfil profesional y académico del alumnado de ciencias sociales a través de un programa de asesorías brindadas por los alumnos más brillantes (contando con mi asistencia, claro) para los alumnos menos destacados. La propuesta la envié a la mesa directiva hace unos días y ahora Jona, el director, está a punto de darme sus comentarios.

—Primero que nada, déjame decirte que tu proyecto es extraordinario. La mesa directiva quedó impresionada como siempre. —Me señala con orgullo. —Así que tienes luz verde para iniciar. Quiero suponer que ya tienes a los alumnos que fungirán como asesores.

—Por su puesto. —Me apresuro a decir. —Y de hecho, también tengo en mente a alguien que me ayude a dirigir este proyecto, más enfocado en la parte administrativa y de organización.

Jona me mira expectante. —¿De quien se trata, Kim?
—De la señorita Liah Farrell. —Respondo con seguridad inclinándome sobre mi silla. —Analicé todos los perfiles y el de ella es... el indicado.

—Mhh... —Dice dudoso. —Si, he oído hablar de ella. Muy brillante por cierto. Pero... ¿No te convendría mas un alumno de último semestre?

Juego con mi pelotita antiestrés sobre mis manos. —Lo pensé. Pero los alumnos de grados altos están saturados de actividades, entre la tesis, estadías, proyectos... etc. Y lo que necesito es alguien con disponibilidad de tiempo. Exclusivo para mi. —Sonrío con sarna.

Jona no se lo piensa mucho. —Bueno, ese es un buen punto así que... adelante. Comunícaselo a la señorita Farrell, espero que no tenga problema en aceptar.
—Oh Jona, te aseguro que no habrá ningún inconveniente.

...

Liah
5:30 pm

Mi mente está dispersa y un tanto abrumada desde lo que pasó con el profesor Kim en el salon 306. No sé qué me inquieta más, si el hecho de que me dejé tocar por mi profesor o el hecho de que después de hacerlo no volvió a ni siquiera mirarme como al principio, en las clases posteriores me ignoró por completo. ¿Se decepcionó de mi? ¿Fue una especie de trampa para comprobar la clase de chica que soy?

—¡Señorita Farrell! —La voz insistente de la profesora Cho me saca de mi introspección. —¡Es la tercera vez que le digo que la buscan en rectoría. Así que haga el favor de levantarse e ir hacia allá!

—Lo siento profesora. —Respondo mientras me pongo de pie a toda velocidad para salir del salón.

En cuestión de minutos estoy frente a la puerta de cristal perteneciente a la oficina del profesor Kim y no tengo la fuerza de voluntad para anunciarme porque estoy creando muchos escenarios negativos en mi cabeza ¿Y si adentro está la mesa directiva? ¿Y si el profesor Kim les contó lo sucedido? Demonios... no puedo enfrentarlo... ni tengo el valor de...
La puerta se desliza y aparece frente a mí el hombre de metro ochenta que se ha encargado de robarme la tranquilidad. Su rostro refleja serenidad combinada con malicia.

—¿Qué está esperando? Entre ahora mismo, señorita Farrell que no tengo todo su tiempo. —Ordena con hartazgo.

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